viernes, 26 de febrero de 2016

Promesas de Jesús a los devotos de la Misericordia Divina



Sor Faustina KowalskaA continuación, podrán leer las promesas dictadas por Jesús a Santa Faustina Kowalska:
“Me queman las llamas de la Misericordia, deseo derramarlas sobre las almas, y las almas no quieren creer en mi bondad. Oh, qué dolor me dan cuando no quieren aceptarlas (...) Dile a la humanidad doliente que se abrace a mi Corazón misericordioso y Yo la llenaré de paz”.
“La humanidad no encontrará la paz hasta que no se dirija con confianza a mi Misericordia”.

"De todas Mis llagas, como de arroyos, fluye la misericordia para las almas, pero la herida de Mi Corazón es la Fuente de la Misericordia sin límites, de esta fuente brotan todas las gracias para las almas".

“El alma que confíe en mi Misericordia no perecerá, ya que todos sus asuntos son míos. El alma más feliz es la que confía en mi Misericordia, pues Yo mismo la cuido”.

"Proclama que ningún alma que ha invocado Mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión".

"Hija Mía, escribe que cuanto más grande es la miseria de un alma tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia e invita a todas las almas a confiar en el inconcebible abismo de Mi misericordia, porque deseo salvarlas a todas. En la cruz, la Fuente de Mi Misericordia fue abierta de par en par por la lanza para todas las almas, no he excluido a ninguna".

"Que los más grandes pecadores pongan su confianza en Mi misericordia. Ellos más que nadie tienen derecho a confiar en el abismo de Mi misericordia. Hija Mía, escribe sobre Mi misericordia para las almas afligidas. Me deleitan las almas que recurren a Mi misericordia. A estas almas les concedo gracias por encima de lo que piden. No puedo castigar aún al pecador más grande si él suplica Mi compasión, sino que lo justifico en Mi insondable e impenetrable misericordia. Escribe: Antes de venir como juez justo abro de par en par la puerta de Mi misericordia. Quien no quiere pasar por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia..."

"Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo ya aquí en la tierra la victoria sobre el enemigo y sobretodo a la hora de la muerte, Yo mismo la defenderé como a mi propia gloria... Ofrezco a los hombres el vaso con el que han de venir a recoger las gracias a la fuente de la Misericordia".

"A las almas que difunden el culto de mi Misericordia, las protejo a lo largo de su vida como una madre cariñosa protege a su niño todavía lactante. A la hora de su muerte, no seré para ellas su juez sino su Salvador misericordioso. En aquella última hora no hay para el alma más que una sola protección: MI MISERICORDIA"...

"Yo preservaré a las ciudades y casas en las cuales se encontrase esta imagen".

"Yo también protegeré a aquellas personas que veneren esta Imagen y tengan confianza en mi Misericordia".




HORA DE LA DIVINA MISERICORDIA: LAS TRES DE LA TARDE

La oración de las tres dictada por Jesús a Santa Faustina Kowalska es la siguiente:
Expiraste,Jesús, pero Tu muerte hizo brotar un manantial de vida para las almas y el océano de Tu misericordia inundó todo el mundo. Oh, Fuente de Vida, insondable misericordia divina, anega el mundo entero derramando sobre nosotros hasta Tu última gota.
Oh, Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, manantial de misericordia para nosotros, en Ti confío.
El Señor le dijo a Santa Faustina Kowalska lo siguiente:
"Suplica a mi Divina Misericordia, pues es la hora en que mi alma estuvo solitaria en su agonía, a esa hora todo lo que me pidas se te concederá, (es la hora en que Jesús derrama sus gracias especiales sobre toda la humanidad, aunque sea por un brevísimo instante sumérgete en oración de preferencia, ora La Coronilla y Dios te llenará de múltiples bendiciones), yo protegeré a todas las casas, ciudades y naciones donde veneren mi imagen."

"A todo aquel que rece La Coronilla diariamente, le haré triunfador en esta vida y también en la otra, y a la hora de su muerte yo vendré a acompañarle a bien morir en su último suspiro."

"Protegeré como una madre lo hace con su hijo a todo aquel que durante su vida me venere, y nada de lo que me pidan a las tres en punto de la tarde les será negado. A los sacerdotes que proclamen y ensalcen mi imagen y la difundan y hagan conocer La Coronilla, les otorgaré un poder extraordinario y ungiré sus palabras, y tocaré los corazones de aquellos con quienes hablen de Mí."

"Hablen de Mí todos aquellos que me conocen y difundan la enseñanza de La Coronilla. Pido nuevamente que lo hagan a las tres de la tarde, a esa hora derramaré sobre toda la humanidad que ore, un sin número de gracias, cubriré con el agua de mi costado y con la sangre de mi corazón a todo aquel que a Mi se acerque."

El rayo blanco es el agua de Su costado, y el rayo rojo es Su sangre derramada por los pecados del mundo. Todo el que se acerca a Él con fe y se lo pide, cambia su vida.



La Coronilla de la Misericordia y las Tribulaciones

Un látigo poderoso para usar contra las próximas amenazas (tormentas, terremotos,erupciones volcánicas, tsunamis, etc.)
Dos casos aparecen en el Diario de Santa María Faustina que envuelven tormentas, #1731 y# 1791, y en ellos ella usa la Coronilla de la Divina Misericordia como un látigo poderoso:

“Hoy me despertó una gran tormenta, el viento estaba enfurecido y llovía como si hubiera un huracán, a cada rato caían rayos. Me puse a rogar que la tempestad no causara ningún daño; de repente oí estas palabras: Reza la coronilla que te he enseñado y la tempestad cesará. Enseguida he comenzado a rezar la coronilla y ni siquiera la he terminado cuando el temporal ha cesado y oí estas palabras: A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con mi voluntad.” (1731)

“Cuando se acercaba una gran tormenta me puse a rezar la coronilla. De repente oí la voz de un ángel: no puedo acercarme con la tempestad, porque el resplandor que sale de su boca me rechaza a mí y a la tormenta. Se quejaba el ángel con Dios. De súbito conocí lo mucho que habría de devastar con esa tempestad, pero conocí también que esa oración era agradable a Dios y lo potente que es la coronilla.” (1791)
Historia y más promesas:
En 1935, Santa Faustina recibió la visión de un ángel enviado por Dios para amenazar cierta ciudad. Ella comenzó a orar por misericordia, pero sus oraciones no tuvieron poder. De repente, vio a la Santísima Trinidad y sintió el poder de la gracia de Jesús en ella. Al mismo tiempo, se encontró a ella misma abogando a Dios por misericordia con palabras que escuchó interiormente.
“Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero; por Su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.” (Diario, 476)

“Mientras ella continuó diciendo esta oración inspirada, el ángel se quedó sin ayuda y no pudo llevar a cabo el castigo merecido” (ver Diario, 474, 475)

Al día siguiente, mientras entraba a la capilla, escuchó de nuevo esta voz interior, instruyéndola cómo recitar la oración que Nuestro Señor más tarde llamaría “la Coronilla”. Desde ese momento, ella recitó esta forma de oración casi constantemente, ofreciéndola especialmente por los moribundos.

En posteriores revelaciones, el Señor hizo claro que la Coronilla no era sólo para ella, sino para todo el mundo. Él también atribuyó promesas extraordinarias a su recitación.
“Anima a las almas a rezar la Coronilla que te he dado” (Diario, 1541)
“Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte” (Diario, 687)
“Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré ante el Padre y el alma agonizante no como Juez justo sino como el Salvador Misericordioso.” (Diario, 1541)
“Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación. Hasta el pecador mas empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita.” (Diario, 687)
“A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad” (Diario, 1731)
“Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia” (Diario 687)


En relación a los últimos tiempos"

"Prepararás al mundo para Mi última venida." (Diario 429)
"Habla al mundo de mi Misericordia… Es señal de los últimos tiempos. Después de ella vendrá el día de la justicia. Todavía queda tiempo para que recurran, pues, a la Fuente de Mi Misericordia." (Diario 848)
"Habla a las almas de esta gran misericordia Mía, porque está cercano el día de Mi justicia." (Diario 965)
"Estoy prolongándoles el tiempo de la misericordia, pero ay de ellos si no reconocen este tiempo de Mi visita." (Diario 1160)
Antes del Día de la justicia envío el día de la misericordia". (Diario 1588)
"Quien no quiera pasar por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia". (Diario 1146)

Además de estas palabras de Nuestro Señor, la hermana Faustina nos da las palabras de la Madre de Misericordia, la Santísima Virgen María.
"Tú debes hablar al mundo de Su gran misericordia y preparar al mundo para Su segunda venida. Él vendrá, no como un Salvador Misericordioso, sino como un Juez Justo. Oh qué terrible es ese día. Establecido está ya el día de la justicia, el día de la ira divina. Los ángeles tiemblan ante este día. Habla a las almas de esa gran misericordia, mientras sea aún el tiempo para conceder la misericordia." (Diario 635)

Dios ama y perdona porque su misericordia es muy grande. Papa Francisco

«Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!
El Evangelio de hoy nos vuelve a proponer las palabras que Jesús dirigió a Nicodemo: "Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único" (Jn 3,16).
Dios nos ama con amor gratuito y sin límites
Escuchando esta palabra, dirigimos la mirada de nuestro corazón a Jesús Crucificado y sentimos dentro de nosotros que ¡Dios nos ama, nos ama de verdad, y nos ama tanto! He aquí la expresión más sencilla que resume todo el Evangelio, toda la fe, toda la teología: Dios nos ama con amor gratuito y sin límites. ¡Pero así nos ama Dios!
Este amor Dios lo demuestra ante todo en la creación, como proclama la liturgia, en la Plegaria eucarística IV «Has dado origen al universo para difundir tu amor sobre todas tus criaturas y alegrarlas con los esplendores de tu luz». En el origen del mundo está sólo el amor libre y gratuito del Padre. San Ireneo, un santo de los primeros siglos, escribe: «Dios no creó a Adán porque tenía necesidad del hombre, sino para tener alguien a quien donar sus beneficios» (Adversus haerenses, IV, 14,1) ¡Es así, el amor de Dios es así!
Así prosigue la Plegaria eucarística IV: "Y cuando por desobediencia perdió tu amistad, no lo abandonaste al poder de la muerte, sino que, compadecido, tendiste la mano a todos, para que te encuentre el que te busca". ¡Y ha venido con su misericordia! Como en la creación, también en las etapas sucesivas de la historia de la salvación resalta la gratuidad del amor de Dios: El Señor elige a su pueblo no porque se lo merezca, y le dice así: "Yo te he elegido precisamente porque eres el más pequeño entre todos los pueblos". Y cuando vino la plenitud del tiempo a pesar de que los hombres hubieran quebrantado tantas veces la alianza, Dios, en lugar de abandonarlos, estrechó con ellos un vínculo nuevo, en la sangre de Jesús, el vínculo de la nueva y eterna alianza, un vínculo que nada podrá quebrar nunca.
La Cruz es la prueba suprema del amor
San Pablo nos recuerda: "Dios, rico en misericordia, no lo olviden nunca: es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo" (Ef 2,4) La Cruz de Cristo es la prueba suprema del amor de Dios por nosotros: Jesús nos ha amado ‘hasta el fin’ (Jn 13,1), es decir no sólo hasta el último instante de su vida terrenal, sino hasta el extremo límite del amor. Si en la creación, el Padre nos ha dado la prueba de su inmenso amor donándonos la vida, en la pasión y muerte  de su Hijo nos ha dado la prueba de las pruebas: ha venido a sufrir y a morir por nosotros. ¡Y ello por amor: tan grande es la misericordia de Dios! Porque nos ama, nos perdona. Con su misericordia Dios perdona a todos y Dios perdona siempre.
¡Que María, que es Madre de Misericordia, nos ponga en el corazón la certeza de que somos amados por Dios. Que esté cerca de nosotros en los momentos de dificultad y nos done los sentimientos de su Hijo, para que nuestro itinerario cuaresmal sea experiencia de perdón, de acogida y de caridad!
- Papa Francisco

25 secretos para la guerra espiritual que Jesús reveló a Santa Faustina

En Cracovia-Pradnik, el 02 de junio 1938, el Señor Jesús dicto a una joven Hermana de la Misericordia polaca un retiro de tres días. Sor Faustina Kowalska registró minuciosamente las instrucciones de Cristo en su diario, que es un manual de mística en la Oración y la Divina Misericordia.
Después de haber leído el Diario unas veces en los últimos 20 años, me había olvidado del único refugio que Cristo dio sobre el tema de la Guerra Espiritual. Luego, hace poco, fui invitado a dirigir un retiro en Trinidad basado en la "Conferencia sobre la Guerra Espiritual" de Cristo tal como se presenta en el Diario.
En el Santuario de la Sagrada Familia, un grupo increíble de líderes laicos al servicio del Arzobispo y sacerdotes, patrocinó el retiro la Arquidiócesis de Trinidad y llenamos el Seminario de St. John Vianney para reflexionar sobre esta enseñanza.
Aquí están los secretos que Jesús reveló a su pequeña novia Faustina sobre cómo protegerse de los ataques del demonio. Estas instrucciones se convirtieron en el arma de Faustina en la lucha contra el maligno enemigo
Jesús comenzó: "Hija mía, quiero enseñarte acerca de la guerra espiritual"
1.- Nunca confíes en ti misma, sino abandónate completamente a Mi voluntad.
La confianza es un arma espiritual. La confianza es parte del escudo de la fe de que San Pablo menciona en la Epístola a los Efesios (6,10-17): la armadura del cristiano. El abandono a la voluntad de Dios es un acto de confianza; la fe en acción disipa los malos espíritus.
2.-  En la desolación, oscuridad y dudas, acude a Mí y a tu director espiritual, él siempre te escuchará en mi nombre.
En tiempos de guerra espiritual, reza inmediatamente a Jesús. Invoca Su Santo Nombre, que este es muy temido en el inframundo. Traiga las tinieblas a la luz diciéndoselo a su director espiritual o confesor y siga sus instrucciones.
3.- No negocie con cualquier tentación; enciérrate inmediatamente en Mi Corazón.
En el Jardín del Edén, Eva negoció con el diablo y perdió. Tenemos que recurrir al refugio del Sagrado Corazón. Corriendo hacia Cristo, es como le damos la espalda a lo demoníaco.
4.- A la primera oportunidad, releva la tentación a tu confesor.
Una buena confesión, un buen confesor, y un buen penitente, son una receta perfecta para la victoria sobre la tentación y la opresión demoníaca, ¡esto no falla!
5.- Pon tu amor propio en el último lugar, de modo que este no contamine tus obras.
El amor propio es natural, pero debe ser ordenado, libre de orgullo. La humildad vence al diablo, que es el orgullo perfecto. Satanás nos tienta al amor propio desordenado, que nos lleva a la piscina del orgullo.
6.- Ten gran paciencia contigo misma
La paciencia es un arma secreta que nos ayuda a mantener la paz de nuestra alma, incluso en las grandes tormentas de la vida. La paciencia con uno mismo es parte de la humildad y la confianza. El diablo nos tienta a la impaciencia, a que se vuelva contra nosotros mismos de modo que nos enojemos. Mírate a ti mismo a la vista de Dios. Él es infinitamente paciente.
7.- No descuides las mortificaciones interiores.
La Escritura enseña que algunos demonios sólo pueden ser expulsados con oración y ayuno. Las mortificaciones interiores son armas de guerra. Pueden ser pequeños sacrificios ofrecidos con gran amor. El poder del sacrificio por amor desaloja al enemigo.
8.- Siempre justifícate a ti misma las opiniones de tus superiores y de tu confesor.
Cristo habla a Santa Faustina que vive en un convento. Pero todos tenemos personas con autoridad sobre nosotros. El diablo tiene como objetivo dividir y conquistar, de manera que la humilde obediencia a la auténtica autoridad es un arma espiritual.
9.- Rechaza las murmuraciones como a una plaga.
La lengua es una poderosa embarcación que puede hacer mucho daño. Estar murmurando o chismeando, nunca es de Dios. El diablo es un mentiroso que suscita acusaciones falsas y chismes que pueden matar la reputación de una persona. Rechaza las murmuraciones.
10.- Deja que todos actúen como quieran; pero tú tienes que actuar, como Yo quiero que lo hagas.
La mente de uno mismo es la clave en la guerra espiritual. El diablo es un entrometido que intenta arrastrar a todo el mundo. Agrada a Dios y deja que las opiniones de los demás vayan por el camino.
11.- Observar la regla tan fielmente como te sea posible.
Jesús se refiere a la regla de una Orden Religiosa aquí. La mayoría de nosotros hemos hecho algún voto delante de Dios y de la Iglesia y debemos ser fieles a nuestras promesas, es decir votos matrimoniales y promesas bautismales. Satanás tienta a la infidelidad, la anarquía y la desobediencia. La fidelidad es un arma para la victoria.
12.- Si alguien te causa problemas, piensa en el bien que puedes hacer a la persona que te hizo sufrir.
Ser un vaso de misericordia divina es un arma para el bien y para derrotar el mal. El diablo trabaja sobre el odio, la ira, la venganza y la falta de perdón. Otros nos han hecho daño en algún momento. ¿Qué le devolveremos a cambio? Regresar una bendición rompe maldiciones.
13.- No derrame sus sentimientos.
Un alma habladora será más fácilmente atacada por el demonio. Derrama tus sentimientos sólo ante el Señor. Recuerde, los espíritus buenos y malos escuchan lo que dices en voz alta. Los sentimientos son efímeros. La verdad es la brújula. El recogimiento interior es una armadura espiritual.
14.- Guarda silencio cuando seas reprendida.
La mayoría de nosotros hemos sido reprendidos en algún momento. No tenemos ningún control sobre eso, pero sí podemos controlar nuestra respuesta. La necesidad de tener la razón todo el tiempo puede conducirnos a trampas demoníacas. Dios sabe la verdad. Déjala ir. El silencio es una protección. El diablo puede utilizar la justicia propia para hacernos tropezar también.
15.- No le pida opinión a todos, sino sólo a tu confesor; se tan franca y sencilla como un niño con él.
La simplicidad de la vida puede expulsar a los demonios. La honestidad es un arma para derrotar a Satanás, el mentiroso. Cuando mentimos ponemos un pie en su terreno y él intentará seducirnos aún más.
16.- No se desanime por la ingratitud.
A nadie le gusta ser subestimado. Pero cuando nos encontramos con la ingratitud o la insensibilidad, el espíritu de desánimo puede ser una carga para nosotros. Resista todo desaliento porque eso nunca proviene de Dios. Es una de las tentaciones más eficaces del diablo. Tenga gratitud en todas las cosas del día y saldrá ganando.
17.- No examine con curiosidad los caminos por donde yo te conduzco.
La necesidad de conocer, y la curiosidad por el futuro es una tentación que ha llevado a muchas personas a los cuartos oscuros de los psíquicos, brujas, etc. Elija caminar en la fe. Decídase a confiar en Dios quien te lleva por el camino al cielo. Resista siempre al espíritu de curiosidad
18.- Cuando el aburrimiento y el desánimo, golpean contra tu corazón, huye de ti mismo y escóndete en mi corazón.
Jesús entrega el mismo mensaje una segunda vez. Ahora Él se refiere al aburrimiento. A principios del Diario, dijo a Santa Faustina que el diablo tienta más fácilmente a las almas ociosas. Tenga cuidado con el aburrimiento, es un espíritu de letargo o acedia. Las almas ociosas son presa fácil de los demonios.
19.- No temas a la lucha; la valentía a menudo intimida a las tentaciones, y ellos no se atreven a atacarnos.
El miedo es la segunda táctica más común del diablo (el orgullo es el primero). La valentía intimida al diablo, él huirá ante el perseverante coraje que se encuentra en Jesús, la roca. Todas las personas luchan, y Dios es nuestra provisión.
20.- Siempre lucha con la profunda convicción de que yo estoy contigo.
Jesús instruye a una hermana en un convento para "luchar" con convicción. Ella puede hacerlo porque Cristo la acompaña. Los cristianos estamos llamados a luchar con convicción en contra de todas las tácticas demoníacas. El diablo trata de aterrorizar a las almas, debes resistir al terrorismo demoníaco. Invoca al Espíritu Santo en el transcurso del día
21.- No se deje guiar por el sentimiento, porque no siempre está bajo tu control. Todo el mérito radica en la voluntad.
Todo el mérito radica en la voluntad, porque el amor es un acto de la voluntad. Somos completamente libres en Cristo. Tenemos que hacer una elección, una decisión para bien o para mal. ¿En qué terreno vivimos?
22.- Siempre depende de tus superiores, incluso en las cosas más pequeñas.
Cristo está instruyendo una religiosa aquí. Pero, todos tenemos al Señor como nuestro Superior. La Dependencia a Dios es un arma de guerra espiritual, porque no podemos ganar por nuestros propios medios. Proclamar la victoria de Cristo sobre el mal es parte del discipulado. Cristo vino a derrotar a la muerte y el mal, ¡proclámalo!
23.- No te engañes con perspectivas de paz y consuelo; por el contrario, prepárate para grandes batallas.
Santa Faustina sufrió física y espiritualmente. Ella estaba preparada para grandes batallas por la gracia de Dios que la sostuvo. Cristo nos instruye claramente en las Escrituras para estar preparados para grandes batallas, para ponernos la armadura de Dios y resistir al diablo (Ef. 6,11). Estar atentos y discernir siempre.
24.- Sepa bien que estás en un gran escenario donde todo el cielo y la tierra, están mirando.
Estamos todos en un gran escenario donde el cielo y la tierra están viendo. ¿Qué mensaje estamos dando con nuestra forma de vida? ¿Qué clase de tonalidades irradiamos: luz, oscuridad o grises? ¿La forma en que vivimos atrae más luz o más oscuridad? Si el diablo no tiene éxito en llevarnos a la oscuridad, tratará de mantenernos en la categoría de los tibios, que no es agradable a Dios.
25.- Lucha como un caballero, de modo que Yo pueda recompensarte. No seas excesivamente temerosa, porque tú no está sola.
Las palabras del Señor a Santa Faustina pueden convertirse en nuestro lema: ¡Lucha como un caballero! Un Caballero de Cristo sabe bien la causa por la que él lucha, la nobleza de su misión, el Rey a quien sirve, y con la bendita certeza de la victoria, que lucha hasta el final, incluso a costa de su vida. Si una joven, sin educación, una simple monja polaca unida a Cristo, puede luchar como un Caballero, todo cristiano puede hacer lo mismo. La confianza es victoriosa.

jueves, 25 de febrero de 2016

El cuadro que representa a la Misericordia Divina, ya está expuesto y colocado en la Parroquia de San Juan de Ribera

Ya se puede admirar el cuadro que representa a la Misericordia Divina en la Parroquia de San Juan de Ribera, de Badajoz Capital. De esta forma inicia su camino este grupo, cuyo único fin, es dar a conocer los mensajes que Jesús, dió a conocer a Santa Faustina.

Santa María Faustina recibió del Señor el encargo de que hiciera pintar su imagen en un lienzo. La santa durante seis meses orientó los trabajos del pintor. A su término, el Señor le prometió que las gracias que El concedería por medio de la devoción de la Divina Misericordia estarían asociadas a esa imagen. “Por medio de esta imagen voy a conceder muchas gracias, por eso, que cada alma tenga acceso a ella” (Diario 570). He aquí la historia.
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“Pinta una imagen según el modelo que ves, con la frase: Jesús, en Ti confio” (Diario, 47). “Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la frase: Jesús, en Ti confío” (Diario, 327).
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Santa María Faustina Kowalska (1905 - 1938)
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A petición de Santa María Faustina Kowalska (1905 - 1938), el Beato Miguel Sopocko (1888-1975) encargó el cuadro de Jesús Misericordioso a principios de 1934 en Vilna (Vilnius, Lituania), al pintor Eugeniusz Kazimirowski. El piso del padre Sopocko y el piso de Kazimirowski junto con su estudio se encontraban en el mismo edificio. Durante seis meses la santa fue al estudio del pintor para dar indicaciones y detalles respecto al cuadro. El Beato Sopocko personalmente se encargó de que el lienzo fuera pintado exactamente según las indicaciones. En junio de 1934, el cuadro ya estaba listo. El Beato Sopocko preguntó entonces a Santa Faustina qué texto debería escribirse bajo la pintura.
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Beato Miguel Sopocko (1888-1975).
Cuenta Santa Faustina en su Diario: “Una vez el confesor (Padre Sopocko) me preguntó cómo debía ser colocada la frase, ya que todo eso no cabía en la imagen. Contesté que rezaría y que daría la respuesta la semana siguiente. Al alejarme del confesionario, y pasando cerca del Santísimo Sacramento, recibí el entendimiento interior de cómo debía ser la frase. Jesús me recordó lo que me había dicho la primera vez, es decir, que estas tres palabras debían ser puestas en evidencia. Las palabras son: Jesús, en Ti confío” (Diario, 327).
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Al recibir la respuesta, el Beato Sopocko puso el texto en el marco debajo del cuadro. El 4 de abril de 1937, con el permiso del Metropolitano de Vilna, el Arzobispo Romuald Jalbrzykowski, el cuadro de Jesús Misericordioso, tras haber recibido la opinión positiva de los expertos, fue bendecido y llevado a la iglesia de San Miguel en Vilna, dónde empezaron a rodearlo de veneración cada vez mayor. Una comisión de expertos convocada en 1941 por la orden del Metropolitano, confirmó la opinión positiva y afirmó que “El cuadro constituye una obra de arte y un ejemplo de arte contemporáneo religioso de valor.” (Protocolo de la Comisión de la evaluación y la conservación del cuadro de Jesús Misericordioso en la Iglesia de San Miguel de Vilna de 27 de mayo de 1941 firmado por expertos: Profesor de la historia de arte dr. M. Morelowski, Profesor de dogmática padre dr. L. Puchaty y el Conservador padre Dr P. Sledziewski).
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El cuadro en la Iglesia de San Miguel (1937-1948)
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A causa de las operaciones militares (1939- 1945) de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética se anexiona Lituania. El cuadro queda entonces en territorio dominado por el ateísmo despótico y policíaco del comunismo, y por unas decenas de años inaccesible para los peregrinos. A pesar de muchos peligros (estuvo escondido en un desván, enrollado, guardado en la humedad y en el frío; muchas veces inhábilmente restaurado), gracias a la Providencia Divina, el lienzo perduró a la época soviética.
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En 1948 cuando el gobierno comunista cerró la Iglesia de San Miguel, el cuadro fue depositado en la Iglesia del Espíritu Santo, cuyo párroco, el p. Jan Ellert no estuvo interesado en guardarlo. Un amigo del Beato Sopocko, p. Józef Grasewicz, lo llevó a la parroquia en Nowa Ruda, en Bielorusia. Aquí, a pesar de muchos cambios en la administración de la iglesia, el cuadro permaneció durante 40 años (1949-1986).
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El cuadro en la iglesia de Nowa Ruda, actualmente Bielorrusia (1949-1986)
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En 1970, las autoridades comunistas en Nowa Ruda decidieron convertir la iglesia en un almacén. El Beato Sopocko, que entonces estaba en Polonia pidió al p. Grasewicz que trasladara el cuadro a algún otro sitio seguro. En secreto, mandó una petición de colgar el cuadro en la iglesia de la Puerta del Amanecer de Vilna (Lituania), donde había sido expuesto por primera vez para la adoración pública. La petición fue transmitida solo en 1982 (ya después de la muerte del Beato Sopocko). En 1986 el lienzo es trasladado nuevamente a la Iglesia del Espíritu Santo, en Vilna, donde permaneció hasta el año 2005....
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A consecuencia de la restauración realizada el año 2003, el cuadro recuperó su aspecto original. En el marco nuevo se fijó un letrero, según el proyecto del conservador, con las palabras: JESÚS, EN TI CONFÍO (el marco con el letrero original se perdió cuando el cuadro estaba escondido).
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Desde el año 2005, el lienzo se venera el el Santuario de la Divina Misericordia, en Vilna..
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DIARIO de Santa Sor Faustina, Plock, Polonia, 22 de febrero de 1931.
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"Al anochecer mientras estaba en mi celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho. De la túnica entreabierta en el pecho, salían dos rayos grandes: uno rojo y otro pálido. En silencio, atentamente miraba al Señor, mi alma estaba llena de temor, pero también de gran alegría. Un momento después, Jesús me dijo: Pinta una cuadro según el modelo que ves, y firma: Jesús, en Ti confío.(...)
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Prometo que el alma que venere esta cuadro no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. (...) Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que este cuadro que pintarás con el pincel, sea bendecido con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia. Deseo que los sacerdotes proclamen esta gran misericordia que tengo para las almas pecadoras. Que el pecador no tenga miedo de acercarse a Mí. (...)
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Una vez, cansadísima por las múltiples dificultades que tenía por el hecho de que Jesús me hablaba y exigía que fuese pintada la cuadro, decidí firmemente, antes de los votos perpetuos, pedir al padre Andrasz que me liberara de estas inspiraciones interiores y de la obligación de pintar la cuadro. Al escuchar la confesión, el padre Andrasz me dio la siguiente respuesta: No la dispenso de nada, hermana y no le está permitido sustraerse de estas inspiraciones interiores, sino que debe decir todo al confesor, eso es necesario, absolutamente necesario, porque de lo contrario se desviará del buen camino a pesar de estas grandes gracias del Señor. De momento usted se confiesa conmigo, pero ha de saber que debe tener un confesor permanente, es decir un director espiritual.(...)
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Me afligí muchísimo. Pensaba poder liberarme de todo y había pasado todo lo contrario: una orden clara de seguir las peticiones de Jesús. Y otra vez el tormento porque no tengo un confesor permanente. (...) Sin embargo la bondad de Jesús no tiene límites, me prometió una ayuda visible en la tierra y la recibí poco después en Vilna (Vilnius), Lituania. En el padre Sopocko reconocí esa ayuda de Dios. Le había conocido en una visión interior antes de llegar a Vilna. Un día lo vi en nuestra capilla entre el altar y el confesionario. De repente en mi alma oí una voz: He aquí la ayuda visible para ti en la tierra. Él te ayudará cumplir Mi voluntad en la tierra” (Diario, 47-50).


domingo, 21 de febrero de 2016

Confianza en la Misericordia Divina

Santa Faustina 
 
La esencia de la devoción a la Divina Misericordia es la confianza  y a la vez  la condición para recibir gracias. !Debemos confiar en la Misericordia del Señor !
Jesús, por medio de Sor Faustina nos dice: "Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia. Que se acerquen a ese mar de misericordia con gran confianza. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en Mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con Mi paz divina" (Diario, 1520)

"Las gracias de Mi misericordia se toman con un solo recipiente y este es la confianza. Cuanto más confíe un alma, tanto más recibirá. Las almas que confían sin límites son Mi gran consuelo y sobre ellas derramo todos los tesoros de Mis gracias. Me alegro de que pidan mucho porque Mi deseo es dar mucho, muchísimo. El alma que confía en Mi misericordia es la más feliz, porque Yo mismo tengo cuidado de ella. Ningún alma que ha invocado Mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en Mi bondad" (Diario, 1273, 1777)

“Yo soy el amor y la Misericordia, Quien se acerque a Mí con confianza recibe Mi gracia con tal sobreabundancia, que no la puede contener y la irradia sobre los otros”. “Invita a las almas con las cuales estas en contacto a confiar en Mi misericordia infinita. Oh, cuanto amo a las almas que se Me han confiado totalmente, haré todo por ellas” (Diario, 294)

“Todo lo que existe está encerrado en las entrañas de Mi misericordia más profundamente que un niño en el seno de la madre. Cuán dolorosamente Me hiere la desconfianza en Mi bondad. Los pecados de desconfianza son los que Me hieren más penosamente” (Diario, 1076)

“Que los más grandes pecadores pongan su confianza en Mi misericordia. Ellos más que nadie tienen derecho a confiar en el abismo de Mi misericordia. Si tu confianza es grande, Mi generosidad  no conocerá  limites” (Diario, 548)

“Quien confía en Mi misericordia no perecerá porque todos sus asuntos son Míos y los enemigos se estrellarán a los pies de Mi escabel”(Diario, 723)

Si quieres agradar a Nuestro Señor, confía en El, si quieres agradarle más, confía más, si quieres agradarle inmensamente, confía inmensamente. Las almas confiadas son las robadoras de Sus gracias.
La Misericordia Divina es infinita, pero la podemos limitar con nuestra falta de confianza en Dios o nuestra falta de misericordia con el prójimo.
 Si un alma no practica la misericordia de alguna manera, tampoco la alcanzará en el día del juicio.


Veneración a la Misericordia Divina

La veneración de la imagen de la Misericordia

   En 1931 Sor Faustina tuvo una visión en la cual Jesús le encargó la tarea de pintar su imagen tal y como ella lo veía en ese momento: con la mano izquierda sobre su corazón, del cual salen dos rayos, y con la mano derecha alzada en señal de bendición. Jesús le indicó que al pie del cuadro debería colocarse la firma: "Jesús, en Ti confío".  Agregándole: "Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y luego en el mundo entero" (Diario, 47).

Jesús, en ti confío
El cuadro, pintado por un artista bajo la dirección de Sor Faustina, quedó concluido en 1934. Al ver que el cuadro distaba mucho de la imagen verdadera de Jesús, llorando, exclamó: "¿Quién será capaz de pintarte tan hermoso como eres en verdad?" A lo que Jesús respondió: "No  en la belleza  del color,  ni en la del  pincel, está la grandeza de esta imagen, sino en Mi gracia" (Diario, 313).  "Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá" (Diario, 48).    
  Jesús dijo posteriormente a Sor Faustina: "(...) Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente  es esta imagen con la firma: Jesús, en Ti confío" (Diario, 327). Los rayos que salen del corazón de Jesús en esta imagen, uno rojo y el otro pálido, simbolizan la sangre y el agua que brotaron del corazón traspasado de Jesús en la cruz "(...) como de una fuente desbordante de misericordia" (Diario, 367), para el mundo entero.   Jesús dijo a Sor Faustina en distintas ocasiones: " (...) El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas.  El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas..." (...)  "Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios" (Diario, 299).   " (...) Por medio de esta  imagen colmaré a las almas con  muchas gracias, por eso,  que cada alma tenga acceso a ella" (Diario, 570).

La adoración a la Misericordia Divina

    En 1937 y 1938 el Señor Jesús le encomendó a Sor Faustina adorar la hora de su muerte: las tres de la tarde en punto, definida por Él mismo como :     "(...) la hora de la gran misericordia para el mundo entero" (Diario, 1320), ya que a esa hora su Divina Misericordia "se abrió de par en par para cada alma" (Diario, 1572).
    Jesús indicó que desea que a esa hora sea contemplada Su Dolorosa Pasión, que sea adorada y alabada la Divina Misericordia, y que por los méritos de Su Dolorosa Pasión supliquemos las gracias necesarias para el mundo entero y en especial para los pecadores.
    Jesús reveló a Sor Faustina: "(...) En esa hora puedes obtener todo lo que pides para ti y para los demás.  En esa  hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia.  Hija Mía, en esa hora procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan los deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a Mi Corazón  que está lleno de misericordia.  Y si no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante" (Diario, 1572).

 

El rezo del Rosario o  Coronilla a la Misericordian Divina

     En 1935 el Señor Jesús enseñó a Sor Faustina una oración que reza así:   "(...) Padre Eterno,  te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad, de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero". (...) "Por su  dolorosa Pasión, ten misericordia  de nosotros y del mundo entero" (Diario, 476).
    Jesús instó a Sor Faustina a rezar esta oración tantas veces pudiera, y le reveló que esta oración es un poderosísimo instrumento para aplacar la Ira Divina y apelar a la Divina Misericordia. Le indicó la forma de rezarla, a manera de rosario, oración que se conoce como la "Coronilla de la Divina Misericordia". 
    Con respecto a esta oración, Jesús le hizo a Sor Faustina varias revelaciones y promesas: " (...) Esta oración es para aplacar Mi ira" (Diario, 476). "A quienes recen esta coronilla, Me complazco en darles todo lo que Me pidan" (Diario,1541).  "(...) A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo con Mi voluntad" (Diario, 1731).   "(...) Los sacerdotes se la recomendarán  a los pecadores como la última tabla de salvación.  Hasta  el pecador más empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita" (Diario, 687).

La celebración de la Fiesta de la Misericordia

    Jesús manifestó a Sor Faustina su deseo de que el domingo siguiente al Domingo de Pascua de Resurrección fuera proclamado como el día de la "Fiesta de la Misericordia". Jesús dijo a Sor Faustina: "(...) Esta fiesta ha salido de las entrañas de Mi misericordia y está confirmada en el abismo de Mis gracias" (Diario, 420).   " (...) Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea  refugio y amparo para todas las almas y, especialmente,  para los pobres pecadores"  (Diario, 699). En otra oportunidad dijo: "(...) quien se acerque ese día a la Fuente de Vida, (se refiere a recibir la Santa Comunión) recibirá el perdón total de las culpas y de las penas" (Diario, 300), "(...) En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias.  Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata" (Diario, 699).
    Para recibir estos grandes dones hay que cumplir con las condiciones de la devoción a la Divina Misericordia: confiar en Dios, ser misericordiosos con nuestro prójimo, estar en estado de gracia santificante (habernos confesado) y recibir la Santa Comunión.
    Jesús agregó: " (...) No encontrará alma ninguna la justificación hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia y por eso el primer domingo después de Pascua ha de ser la Fiesta de la Misericordia. Ese día los sacerdotes han de hablar a las almas sobre Mi  Misericordia infinita" (Diario, 570).
    También indicó: "(...) por eso quiero que la imagen sea bendecida solemnemente el primer domingo después de Pascua y que se la venere públicamente para que cada alma pueda saber de ella" (Diario, 341).

 

El rezo de la novena a la Misericordia  Divina

     En preparación a la fiesta de la Misericordia, Jesús solicitó el rezo de la novena que consiste en rezar la Coronilla a la Divina Misericordia durante nueve días, a partir del Viernes Santo, ofreciéndola cada día por un grupo particular de almas. Jesús prometió a Sor Faustina: "(...) Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias" (Diario, 796).  

10 frases del Papa Francisco sobre la misericordia

Bajo el lema “Misericordiosos como el Padre”, el Papa anima a todos los cristianos a ser misericordiosos los unos con los otros porque «la misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia».

10 frases del Papa Francisco sobre la misericordia.
Para el papa Francisco, la misericordia no es una palabra abstracta, sino un rostro para reconocer, contemplar y servir. Y así lo manifiesta en la Bula de la Misericordia con la que convoca al Jubileo: “Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios. Nada en Él es falto de compasión”. Luego agrega: “su Persona no es otra cosa sino Amor, un amor que se dona y ofrece gratuitamente. Los signos que realiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia”.
A continuación, 10 frases del Papa sobre el perdón y la misericordia para vivir mejor el Año Santo:
1.“Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos”

2.“Nos conmueve la actitud de Jesús: no escuchamos palabras de desprecio, no escuchamos palabras de condena, sino sólo palabras de amor, de misericordia, que invitan a la conversión”. Primer Ángelus del papa Francisco, Plaza de San Pedro, domingo 17 de marzo de 2013.
3.“¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices”. Mensaje del papa Francisco para la XXXI Jornada Mundial de la Juventud 2016.
4. “El perdón es una fuerza que resucita a una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza”. Bula Misericordiae Vultus, n.10.

5.“El sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de Dios y de los hermanos”. Mensaje del papa Francisco para la Cuaresma 2015.
6.“Cuánto deseo que (...) nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia”. Mensaje del papa Francisco para la Cuaresma 2015.
7.“El mensaje de la Divina Misericordia constituye un programa de vida muy concreto y exigente, pues implica las obras”. Mensaje del papa Francisco para la XXXI Jornada Mundial de la Juventud 2016.

8.“Tener un corazón misericordioso no significa tener un corazón débil. Quien desea ser misericordioso necesita un corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero abierto a Dios”. Mensaje del papa Francisco para la Cuaresma 2015.
9.“No se puede vivir sin perdonarse, o al menos no se puede vivir bien, especialmente en familia”. Audiencia general del papa Francisco, miércoles 4 de noviembre de 2015.
10.“La misericordia a la cual somos llamados abraza a toda la creación, que Dios nos ha confiado para ser cuidadores y no explotadores, o peor todavía, destructores”. Audiencia general interreligiosa del papa Francisco, miércoles 28 de octubre de 2015.

martes, 16 de febrero de 2016

Parroquia de San Juan de Ribera

En la Plaza de Antonio Cortés Lavado, en el corazón de la populosa barriada de Pardaleras, se encuentra la parroquia de San Juan de Ribera, en la cual comenzamos una nueva etapa. Atrás quedan años dedicados a dar a conocer el mensaje misericordioso de Dios. A partir de ahora, todos los primeros viernes de mes, nos reuniremos para orar y conocer en profundidad la Misericordia, de la que tantos y tantos estamos necesitados. Desde este  blog queremos dar las  gracias a Don Antonio y a Don Jacinto por darnos tantas facilidades para llevar a cabo nuestra humilde labor. También, por permitirnos sentirnos parroquia y colaborar en todo lo que sea necesario. No pretendemos reunirnos una sola vez al mes, si no, ser miembros de una comunidad parroquial en la que están integrados un gran número de grupos. A través de este medio, como así mismo de carteles, dipticos, etc. tendremos la oportunidad de estar en contacto en informando de nuestro grupo, como así mismo de nuestra, ya para nosotros, querida Parroquia.

MISERICORDIOSOS COMO EL PADRE


El Papa en la Catequesis: “estamos llamados a ser mediadores de misericordia”

“La misericordia obtiene el perdón de nuestros pecados y nos convierte en hijos de Dios, joyas preciosas en las manos del Padre bueno y misericordioso”, con estas palabras el Papa Francisco explicó como la misericordia divina ha estado siempre presente en la historia del Pueblo de Israel. Continuando su ciclo de catequesis sobre la misericordia en la Sagrada Escritura, el Obispo de Roma recordó que la misericordia de Dios Padre ha acompañado a los Patriarcas, por caminos de gracia y reconciliación. Incluso, cuando el Pueblo fue esclavizado en Egipto, la misericordia divina no es indiferente. “La misericordia no puede permanecer indiferente delante del sufrimiento de los oprimidos, del grito de quien padece la violencia, reducido a la esclavitud, condenado a muerte, dijo el Papa. Es una dolorosa realidad que aflige toda poca, incluida la nuestra, y que muchas veces nos hace sentir impotentes”.
Ante este sufrimiento, Dios suscita siempre mediadores de misericordia, señaló el Pontífice, es así que comienza la historia de Moisés como mediador de liberación para el pueblo. “La misericordia de Dios actúa siempre para salvar. El Señor, afirmó el Papa, mediante su siervo Moisés, guía a Israel en el desierto como si fuera un hijo, lo educa en la fe y realiza la alianza con él, creando una relación de amor fuerte, como aquel del padre con el hijo y el del esposo con la esposa”.
Antes de concluir su catequesis, el Sucesor de Pedro dijo que “la misericordia divina, llega a pleno cumplimiento en el Señor Jesús, en aquella nueva y eterna alianza consumada con su sangre, que con el perdón destruye nuestro pecado y nos hace definitivamente hijos de Dios, joyas preciosas en las manos del Padre bueno y misericordioso”.

Texto completo de la catequesis del Papa Francisco
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En la Sagrada Escritura, la misericordia de Dios está presente a lo largo de toda la historia del Pueblo de Israel.
Con su misericordia, el Señor acompaña el camino de los Patriarcas, a ellos les dona hijos no obstante su condición de esterilidad, los conduce por caminos de gracia y de reconciliación, como demuestra la historia de José y de sus hermanos (Cfr. Gen 37-50). Y pienso en tantos hermanos que están alejados dentro de una familia y no se hablan. Pero este Año de la Misericordia es una buena ocasión para reencontrarse, abrazarse y perdonarse, ¡eh! Olvidar las cosas feas. Pero, como sabemos, en Egipto la vida para el pueblo se hace dura. Y es ahí cuando los Israelitas están por perecer, que el Señor interviene y realiza la salvación.
Se lee en el libro del Éxodo: «Pasó mucho tiempo y, mientras tanto, murió el rey de Egipto. Los israelitas, que gemían en la esclavitud, hicieron oír su clamor, y ese clamor llegó hasta Dios, desde el fondo de su esclavitud. Dios escuchó sus gemidos y se acordó de su alianza con Abraham, Isaac y Jacob. Entonces dirigió su mirada hacia los israelitas y los tuvo en cuenta» (2,23-25). La misericordia no puede permanecer indiferente delante del sufrimiento de los oprimidos, del grito de quien padece la violencia, reducido a la esclavitud, condenado a muerte. Es una dolorosa realidad que aflige toda época, incluida la nuestra, y que muchas veces nos hace sentir impotentes, tentados a endurecer el corazón y pensar en otra cosa. Dios en cambio «no es indiferente» (Mensaje para la Jornada Mundial de la paz 2016, 1), no desvía jamás la mirada del dolor humano. El Dios de misericordia responde y cuida de los pobres, de aquellos que gritan su desesperación. Dios escucha e interviene para salvar, suscitando hombres capaces de oír el gemido del sufrimiento y de obrar en favor de los oprimidos.
Es así que comienza la historia de Moisés como mediador de liberación para el pueblo. Él afronta al Faraón para convencerlo en dejar salir a Israel; y luego guiará al pueblo, a través del Mar Rojo y el desierto, hacia la libertad. Moisés, que la misericordia divina ha salvado a penas nacido de la muerte en las aguas del Nilo, se hace mediador de aquella misma misericordia, permitiendo al pueblo nacer a la libertad salvado de las aguas del Mar Rojo. Y también nosotros en este Año de la Misericordia podemos hacer este trabajo de ser mediadores de misericordia con las obras de misericordia para acercarnos, para dar alivio, para hacer unidad. Tantas cosas buenas se pueden hacer.
La misericordia de Dios actúa siempre para salvar. Es todo lo contrario de las obras de aquellos que actúan siempre para matar: por ejemplo aquellos que hacen las guerras. El Señor, mediante su siervo Moisés, guía a Israel en el desierto como si fuera un hijo, lo educa en la fe y realiza la alianza con él, creando una relación de amor fuerte, como aquel del padre con el hijo y el del esposo con la esposa.
A tanto llega la misericordia divina. Dios propone una relación de amor particular, exclusiva, privilegiada. Cuando da instrucciones a Moisés a cerca de la alianza, dice: «Ahora, si escuchan mi voz y observan mi alianza, serán mi propiedad exclusiva entre todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece. Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación que me está consagrada» (Ex 19,5-6).
Cierto, Dios posee ya toda la tierra porque lo ha creado; pero el pueblo se convierte para Él en una posesión diversa, especial: su personal “reserva de oro y plata” como aquella que el rey David afirmaba haber donado para la construcción del Templo.
Por lo tanto, esto nos hacemos para Dios acogiendo su alianza y dejándonos salvar por Él. La misericordia del Señor hace al hombre precioso, como una riqueza personal que le pertenece, que Él custodia y en la cual se complace.
Son estas las maravillas de la misericordia divina, que llega a pleno cumplimiento en el Señor Jesús, en aquella “nueva y eterna alianza” consumada con su sangre, que con el perdón destruye nuestro pecado y nos hace definitivamente hijos de Dios (Cfr. 1 Jn 3,1), joyas preciosas en las manos del Padre bueno y misericordioso. Y si nosotros somos hijos de Dios y tenemos la posibilidad de tener esta herencia – aquella de la bondad y de la misericordia – en relación con los demás, pidamos al Señor que en este Año de la Misericordia también nosotros hagamos cosas de misericordia; abramos nuestro corazón para llegar a todos con las obras de misericordia, la herencia misericordiosa que Dios Padre ha tenido con nosotros.