Desde este
humilde blog, queremos agradecer al sacerdote Don Valeriano Domínguez Toro,
todo el cariño que ha puesto para que la Fiesta de la Misericordia Divina,
quede grabada en nuestros corazones de por vida. Su homilía, bien podría
calificarse como auténtica Catequesis, donde Cristo, la Fe y su Misericordia estuvieron
constantemente presentes. Emocionante celebración, junto con palabras que
llegaron a todos los que abarrotaban el Templo de las Descalzas. Siga así, Don
Valeriano. En su voz la Palabra de Dios, es pura y limpia Misericordia. Y por
supuesto, gracias. Eternamente, gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario