miércoles, 8 de julio de 2015

HORA DE LA MISERICORDIA


Hora de la Misericordia

altar-jpiiJesús llamó “Hora de la Misericordia” a las 3 de la tarde, por ser la hora de su muerte:
“A las 3 de la tarde implora mi Misericordia, especialmente para los pecadores y, aunque sea por un momento, contempla mi Pasión; sobre todo el abandono en el momento de mi agonía. Ésta es la hora de la gran Misericordia para todo el mundo. En esta hora no negaré nada al alma que lo pida por los méritos de mi Pasión” (IV, 59)
ORA CADA DÍA A LAS TRES DE LA TARDE
“Expiraste, Jesús, pero tu muerte hizo brotar un manantial de vida para las almas, y, el océano de tu Misericordia inundó al mundo entero. ¡Oh fuente de Vida, insondable Misericordia Divina, inunda al mundo entero derramando sobre nosotros hasta tu última gota de sangre”. (IV, 59)
“En esa hora procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan los deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a Mi Corazón que está lleno de misericordia. Y si no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante” (V, 145)

Novena de la Misericordia

Jesús quiere que el “Domingo de la Misericordia” vaya precedido de una novena, rezando el Rosario de la Misericordia. Comienza el Viernes Santo.“Durante esta novena concederé a las almas todaclase de gracias”(II, 197)
“Deseo que todas las hermanas y las alumnas recen el Rosario que te he ensañado. La deben rezar durante 9 días y en la capilla, con el fin de propiciar a Mi Padre e implorar la Divina Misericordia” (II, 147)

Formas de culto y promesas

Nuevas formas de culto y promesas

JesusMisericordioso-JPII

Cuadro de Jesús Misericordioso

Jesús dijo a Sor Faustina: “Pinta un cuadro según me estás viendo, con la invocación: “JESÚS, CONFÍO EN TI”. Quiero que se venere en el mundo entero” (I, 18)
“Los dos rayos que salen de mi Corazón significan la Sangre y el Agua que brotaron el día de mi Sacrificio en la Cruz. El pálido significa el Agua, que purifica las almas. El rojo, la Sangre que les da la vida” (I, 130)   “La sangre evoca el sacrificio de la Cruz y el don Eucarístico, el agua no sólo recuerda el Bautismo, sino también el don del Espíritu Santo” (JP II, 30/04/2000)
“Por medio de esta imagen colmaré a las almas de muchas gracias, por eso, que cada alma tenga acceso a ella” (II, 40)
“Prometo que el alma que venere ese Cuadro, no se perderá. Prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte Yo mismo la defenderé como a mi Gloria” (I, 18)
En tu hogar y en tu cartera ponlo en un lugar preferente.
“María nos dice:   Mira a mi Hijo Jesús, fija tu mirada en Él, escúchalo, habla con Él. Él te mira con Amor. ¡No tengas miedo! Él te enseñará a seguirlo y a dar testimonio de Él en las grandes y pequeñas acciones de la vida, en tu familia, en el trabajo, en los momentos de alegría; Él te enseñará a salir de ti mismo, para mirar a los demás con el amor de Jesús, que te ha amado y te ama no sólo de palabra sino con sus obras” (Franc., 12/10/2013)

La devoción a la Misericordia Divina

Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia” (Sal 118,1). “Los Apóstoles, reunidos en el Cenáculo fueron los primeros en elevar este agradecimiento pascual, en recibir el Espíritu Santo para el perdón de los pecados, el mismo Espíritu en el cual fueron enviados:   “como el Padre me ha enviado, así también os envió Yo” (Jn 20,21). Esta misión se prolonga a través de los siglos, de generación en generación. E, igualmente, se prolonga la gracia, capaz hacer nuevas todas las cosas” (JP II, 18/04/1993). “Esta es la misión de la Iglesia perennemente asistida por el Paráclito:   llevar a todos el alegre anuncio, la gozosa realidad del Amor Misericordioso de Dios, “para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre” (Jn 20,31)” (B XVI, 11/04/2010)
Entre las dos guerras mundiales Cristo quiso confiar a la polaca Santa Faustina Kowalska su mensaje de misericordia. La convirtió en verdadero “testigo y mensajera del Amor Misericordioso del Señor” (JP II, 22/04/2001). Este “no es un mensaje nuevo, pero se puede considerar un don de iluminación especial, que nos ayuda a revivir más intensamente el evangelio de la Pascua, para ofrecerlo como un rayo de luz a los hombres y mujeres de nuestro tiempo” (JP II, 30/04/2000). “Constituye la respuesta adecuada y decisiva que Dios quiso dar a los interrogantes y expectativas de los hombre de nuestro tiempo, marcado por enormes tragedias” (JP II, 22/04/2001). Porque “la humanidad no encontrará la paz hasta que no se dirija con confianza a la Misericordia Divina” (I, 130).
El Papa Juan Pablo II nos recordó a todos el mensaje de Cristo misericordioso revelado a Santa Faustina (Cf. B XVI, 19/04/2009). Él mismo dijo que “desde el principio de mi pontificado he considerado el mensaje de la Misericordia Divina como mi cometido especial. La Providencia me lo ha asignado” (JP II, 21/11/1981) El 30-04-2000 canonizó a Sor Faustina y designó como “DOMINGO DE LA MISERICORDIA DIVINA” al 2º Domingo de Pascua.

Palabras de Jesús a Santa Faustina

jesus-faustinaHija mía, di que soy el Amor y la Misericordia en persona” (III, 20)
Mi misericordia es más grande que todas las miserias de tu alma y las del mundo entero. Por tu alma bajé del cielo a la tierra, y me dejé clavar en la Cruz” (V, 80)
Cuando te acerques a la Confesión, sumérgete en mi Misericordia con gran confianza. Si tu confianza es grande, mi generosidad no tendrá límites” (VI, 6)
Deseo derramar mi vida divina en las almas humanas y santificarlas, con tal de que quieran acoger mi gracia. Los más grandes pecadores llegarían a una gran santidad si confiaran en Mi Misericordia” (VI, 132)
“He abierto Mi Corazón como una Fuente viva de Misericordia. Que todas las almas tomen vida en ella. Que se acerquen con gran confianza a este mar de misericordia. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en Mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con Mi paz divina” (V, 114)

Promesas a los que propaguen estan devoción

“A las almas que propaguen la devoción a mi Misericordia, las protegeré durante toda la vida” (III, 20)
“Esa hermosa alma que propague por el mundo esta obra de la Divina Misericordia, por su profunda humildad complacerá a Dios” (III, 20)

Actitudes para recibir la Misericordia Divina

Pedirla a Dios en la oración, reconociendo la verdad de nuestra vida: necesitamos ser salvados.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado” (Sal 51, 3)
Practicar la misericordia con el prójimo, esforzándonos en vivir la verdad del Amor.
“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mt 5, 7) “Si un alma no practica la misericordia de alguna manera, tampoco la alcanzará de Mí en el día del Juicio” (IV, 57)
“Tú serás mi reflejo vivo a través del amor y de la misericordia; sé siempre misericordiosa hacia los demás, sobre todo hacia los pecadores” (V. 59)   “En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios:   si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos”.
“Dios es paciente con nosotros porque nos ama, y quien ama comprende, espera, da confianza, no abandona, no corta puentes, sabe perdonar” (Franc., 7/4/2013)
“Cuanto más confía el alma, más alcanza” (V, 148) “Si mi muerte no les ha convencido de mi amor, ¿qué es lo que les convencerá?” (II, 47)


domingo, 28 de junio de 2015

CALENDARIO DE LA MISERICORDIA DIVINA.


CARTA DE DIOS

Tú que eres un ser humano, eres mi milagro. Y eres fuerte, capaz, inteligente y lleno de dones y talentos. Cuenta con tus dones y talentos. Entusiásmate con ellos. Reconócete. Encuéntrate. Acéptate. Anímate. Y piensa que desde este momento puedes cambiar tu vida para bien si te lo propones y te llenas de entusiasmo. Y sobre todo, si te das cuenta de toda la felicidad que puedes conseguir con solo desearlo.
Eres mi creación más grande. ¡Eres mi milagro!
No temas: comienza una nueva vida.
No te lamentes nunca. No te quejes. No te atormentes. No te deprimas. ¿Cómo puedes temer si eres mi milagro?
Estas dotado de poderes desconocidos para todas las criaturas del universo.
¡Eres ÚNICO!. Nadie es igual a ti. Solo en ti está aceptar el camino de la felicidad y enfrentarlo y seguir siempre adelante, hasta el fin, simplemente porque eres libre.
En ti esta el poder de no atarte a las cosas.
Las cosas no hacen la felicidad. Te hice perfecto para que aprovecharas tu capacidad y no para que te destruyeras con las tonterías.
Te di el poder de PENSAR. Te di el poder de IMAGINAR. Te di el poder de AMAR. Te di el poder de CURAR. Te di el poder de DETERMINAR. Te di el poder de PLANIFICAR. Te di el poder de REIR. Te di el poder de HABLAR. Te di el poder de ORAR... Y te situé por encima de los Ángeles, cuando te di el poder de elección. Te di el poder de elegir tu propio destino usando tu voluntad.
¿Qué has hecho de esas tremendas fuerzas que te di?
¡No importa! De hoy en adelante, olvida tu pasado usando sabiamente ese poder de ELECCIÓN.
Elige AMAR en lugar de ODIAR.
Elige REIR en lugar de LLORAR.
Elige CREAR en lugar de DESTRUIR.
Elige ALABAR en lugar de CRITICAR.
Elige PERSEVERAR en lugar de RENUNCIAR.
Elige ACTUAR en lugar de APLAZAR.
Elige CRECER en lugar de CONSUMIRTE.
Elige VIVIR en lugar de MORIR.
Elige BENDECIR en lugar de BLASFEMAR.
Y, aprende a sentir mi presencia en cada acto de tu vida.
Crece cada día un poco más en el optimismo y la esperanza. Deja atras los miedos y los sentimientos de derrota.
Yo estoy a tu lado siempre: LLÁMAME, BÚSCAME, ACUÉRDATE DE MI.
Vivo en ti desde siempre y siempre te estoy esperando para amarte.
Si has de venir hacia mí algún día ... ¡Que sea en este momento!
Cada instante que vivas sin mí, es un instante que pierdes paz.

¡Trata de volverte niño: simple, inocente, generoso, con capacidad de asombro y capacidad para convertirte ante la maravilla de sentirte humano!
Porque puedes conocer mi amor, puedes sentir una lágrima, puedes comprender el dolor... ¡No te olvides que eres el milagro! Que te quiero feliz, con misericordia, con piedad, para que este mundo que transitas pueda acostumbrarse a reír, siempre que tú... aprendas a reír... eres mi milagro, entonces usa tus dones y cambia tu medio ambiente, contagiando esperanza y optimismo sin temor, por que... YO ESTOY A TU LADO.
Dios.

domingo, 31 de mayo de 2015

Sólo soy un turista (Refexión)


Turista
Hace unos días, mientras me afeitaba delante de un espejo, me dí cuenta de que me habían salido las primeras canas en mi cabello moreno. Este hecho me hizo pensar en el versículo 10 del salmo 90, que dice así: "Nuestra vida dura apenas setenta años, y ochenta, si tenemos más vigor: en su mayor parte son fatiga y miseria, porque pasan pronto, y nosotros nos vamos"
Me dí cuenta de que los años van pasando.
Un poco más tarde, salí a dar un paseo y por la calle vi pasar un vehículo diferente a los demás. La diferencia estaba en el portaequipajes, donde llevaba un adhesivo con una frase que me llamó la atención. Incluso más que llamarme la atención, reaccioné sonriendo y me ayudó a vivir el resto de mi vida esperando con tranquilidad el resto de las canas que le faltan a mi cabello. La frase del automóvil decía "Sólo soy un turista en la Tierra".
Esta es una frase para aplicarla en nuestra vida. Esta frase nos da una pauta sobre cómo tiene que ser nuestra vida en la tierra.
¿Qué es lo que hace un turista? Viajar y conocer ciudades. ¿Qué es lo que lleva un turista cuando viaja? Sólo lleva lo necesario, y sobre todo lo principal: la cámara fotográfica, actualmente incluida en la mayoría de los teléfonos móviles. Un turista disfruta el viaje y aprovecha para tomar las mejores fotografías del lugar donde estuvo, para mostrarlas luego con orgullo a los familiares y amigos.
Así tiene que ser nuestra vida diaria. Si sólo somos turistas en la tierra, si sólo estamos de paso por este mundo, aprovechemos para vivir nuestra vida tomando las mejores fotografías. Preocupémonos de llevar al cielo las mejores imágenes de nuestra vida. Si somos turistas en la Tierra, saquemos y llevemos a la eternidad fotos de bondad y amabilidad, fotos de alegría, fotos de solidaridad con el prójimo. Si somos turistas en la Tierra, llevémonos a la eternidad sólo fotos de Fe, fotos de esperanza, fotos de amor y sobre todo, fotos de buenas acciones y Santidad.
Como turistas espirituales, aprovechemos bien el tiempo que nos resta de vida. Nuestra plegaria diaria tendría que ser la del salmo 90,12: "Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría". A esta oración podemos añadirle también lo siguiente: Enséñanos, Señor, a tomar excelentes fotografías de nuestra vida. Enséñanos, Señor, a llevar las mejores fotos a la eternidad. Amén

Hoy, festividad de la Santísima Trinidad

Evangelio: Mateo 28,16-20

En aquel tiempo, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.

Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron.

Jesús se acercó a ellos y les habló así:

«Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».

Palabra del Señor.


Hoy celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad: un solo Dios en tres personas distintas. Las lecturas bíblicas (Deuteronomio 4,32-34.39-40; Romanos 8, 14-17; Mateo 28, 16-20) nos invitan a renovar nuestra fe en el misterio inefable de Dios que se nos ha revelado como el Padre creador del universo, el Hijo salvador de la humanidad y el Espíritu Santo que nos vivifica, nos renueva, nos ilumina y nos hace posible construir relaciones de amor auténtico.

1. El Misterio de Dios trino y uno

Cuenta el gran filósofo y teólogo San Agustín (354-430 d.C.) que en cierta ocasión, mientras caminaba por la playa, vio a un niño que intentaba vaciar toda el agua del mar en la concha de un caracol, y  así  pudo comprender que la mente humana, por más esfuerzos que haga, es incapaz de abarcar la infinitud del misterio de Dios. El lenguaje bíblico, al intentar describir a Dios -no para definirlo, porque el Infinito es indefinible-, lo hizo con una palabra también imposible de definir, pero que en su sentido auténtico y más completo corresponde a lo que mejor puede caracterizar la experiencia de Dios: “Dios es Amor” (1 Juan 4, 8.16).

Ahora bien, si Dios es Amor, tiene que ser plural, pues para que exista el amor tiene que haber alguien que ama, alguien que sea amado y le corresponda también amando, y la relación misma de amor entre ambos. Este es el sentido del misterio: un solo Dios que es pluralidad en la perfecta comunidad de amor, y por lo mismo es unidad en la diversidad de personas. Es así como Dios Padre se nos revela en las enseñanzas y en la obra salvadora de su Hijo Jesucristo, su Palabra hecha carne por la acción del Espíritu Santo, el mismo que nos hace posible reconocer el amor de Dios llamándolo “Padre” (“Abba”: palabra sirio-caldea que significa literalmente “papá” y fue empleada originariamente por el mismo Jesús para dirigirse a Dios), y corresponder a él en el cumplimiento de su voluntad, que es  voluntad de amor.

2. Los símbolos de la Santísima Trinidad

Muchos símbolos han venido siendo empleados para tratar de expresar el misterio de Dios uno y trino, aunque en definitiva todos se quedan cortos. El Salmo 33 (32), por ejemplo, propuesto como respuesta a la primera lectura de hoy, habla tanto de la “palabra del Señor” como del “aliento de su boca”, imágenes del Hijo y del Espíritu que con el Padre constituyen un solo Dios.

Uno de los símbolos trinitarios es la imagen del sol, que en sí mismo es fuente de energía, es luz y es calor. Algo parecido es la Trinidad: el Hijo (luz que nos revela a Dios Padre) y el Espíritu Santo (fuego que nos ilumina y enciende en nosotros la llama del amor) son iguales en naturaleza al Padre (fuente de la luz y del calor), pero los tres en su pluralidad son un solo Dios. El Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios. Tres Personas distintas y un solo Dios verdadero.

Otra imagen simbólica que suele usarse para expresar el misterio de Dios es la del triángulo equilátero: tres ángulos o tres lados distintos, pero una sola figura geométrica. Cada ángulo o cada lado es un elemento de esta figura, y aunque ninguno de ellos es lo que son los otros dos, los tres forman un mismo ser.

Pero la imagen que tal vez más llama la atención es la que usó San Patricio (387-461 d.C.), quien para presentarles el misterio de Dios a los paganos que en su época habitaban la isla de Irlanda, tomó en sus manos una hoja de trébol y señaló en ella los tres componentes que la forman. Con este sencillo ejemplo, quienes lo escuchaban podían acercarse a la comprensión del sentido de la fe en la uni-trinidad divina, completamente distinta de las creencias politeístas por cuanto no se trata de varios dioses, sino de uno solo cuyo ser actúa y se manifiesta pluralmente.

3. Nuestra fe en la Trinidad nos impulsa a la realización de lo que ella significa

"La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con vosotros”, es la frase con la que el apóstol Pablo solía saludar a las comunidades a las que dirigía sus cartas. Este es el origen del saludo con el que el sacerdote que preside la Eucaristía, después de hacer la señal de la cruz invocando a Dios uno y trino, suele iniciar la celebración del amor infinito de Aquél a quien en el himno del Gloria alabamos como Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Luego, en la oración anterior a las lecturas bíblicas, nos dirigimos a Dios Padre invocando la mediación de Jesucristo, su Hijo, que vive y reina con Él en la unidad del Espíritu Santo. Más adelante proclamamos con el Credo nuestra fe en la Santísima Trinidad. Asimismo, inmediatamente antes de la consagración, después de haber alabado al tres veces Santo, le pedimos a Dios Padre que santifique con su Espíritu el pan y el vino para que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de su Hijo Jesucristo, y al terminar la plegaria eucarística hacemos el brindis con el que por Cristo, con Él y en Él, le damos todo honor y toda gloria a Dios Padre omnipotente en la unidad del Espíritu Santo. Finalmente, el sacerdote imparte para todos la bendición de Dios uno y trino.

En un libro de meditaciones escrito por el teólogo Joseph Ratzinger -hoy el Papa Benedicto XVI-, titulado El Dios de los Cristianos, en su sección subtitulada “Dios es trinitariamente uno”, leí la siguiente reflexión que se relaciona con el pasaje del Evangelio de hoy: “¿Cuántas veces hemos hecho la señal de la cruz sin recapacitar? Pues bien, otras tantas hemos invocado al Dios trino y uno. Por su sentido originario, esa invocación es renovación bautismal, aceptación de las palabras con las que nos hicimos cristianos y apropiación de lo que, en el bautismo, se infundió en nuestra vida (…). En aquella ocasión se derramó agua sobre nosotros mientras eran pronunciadas las palabras: ‘Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo’ (…)”.

Que esta fiesta de la Santísima Trinidad nos motive no sólo para renovar la expresión de nuestra fe en el misterio insondable e infinito de Dios, que es Amor, sino también para reactivar nuestro compromiso bautismal de realizar lo que significa proclamar a Dios como comunidad perfecta en la unidad y la pluralidad de personas: que precisamente porque hemos sido creados a su imagen y semejanza, también nosotros, empezando por la familia, llamada a seguir el modelo de la unidad trinitaria de Dios, respondamos cada día mejor a la invitación que Dios nos hace a ser una auténtica comunidad de amor.

Gabriel Jaime Pérez, S.J.

martes, 12 de mayo de 2015

Esta es la oración del Papa Francisco para el Jubileo de la Misericordia



Papa Francisco rezando / Foto: L'Osservatore Romano
Papa Francisco rezando.




















 
El Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización publicó la oración oficial para el Jubileo de la Misericordia, el Año Santo convocado por el Papa Francisco que se iniciará el 8 de diciembre de 2015, Solemnidad de la Inmaculada Concepción; y culminará el 20 de noviembre de 2016, Solemnidad de Cristo Rey del Universo. La oración se puede encontrar en el sitio web oficial del Jubileo de la Misericordia, cuyo lema está tomado del Evangelio según San Lucas: “Misericordiosos como el Padre”, e invita a todos los fieles del mundo a la peregrinación, la Confesión y la Comunión para conseguir la indulgenca.


A continuación, el texto completo de la oración del Papa Francisco para el Jubileo de la Misericordia:
Señor Jesucristo,
tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo,
y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él.
Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.
Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero;
a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura;
hizo llorar a Pedro luego de la traición,
y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.
Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana:
¡Si conocieras el don de Dios!
Tú eres el rostro visible del Padre invisible,
del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia:
haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso.
Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad
para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error:
haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.
Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción
para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor
y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres
proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos
y restituir la vista a los ciegos.
Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia,
a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén.

viernes, 10 de abril de 2015

EL DOMINGO, 12 DE ABRIL, GRAN FIESTA DE LA MISERICORDIA DIVINA

Durante las apariciones del Señor de la Divina Misericordia a Santa Faustina, Cristo aseguró varias gracias a los que se acercaran a su misericordia. San Juan Pablo II, más adelante, instituyó oficialmente la indulgencia plenaria para esta fiesta.

“Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores… El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas… Que ningún alma tema acercarse a mí, aunque sus pecados sean como escarlata”, dijo el Señor en una promesa que hizo a Santa Faustina Kowalska en una de las apariciones místicas que le concedió.

En el 2002, esta promesa de Cristo se hizo “oficial” en la Iglesia cuando, por mandato de San Juan Pablo II, la Santa Sede publicó el “decreto sobre las indulgencias recibidas en la Fiesta de la Divina Misericordia”, un don que también puede alcanzar a los enfermos y los navegantes en altamar.

En el segundo domingo de Pascua, que este año se celebra el 12 de abril, se concede la indulgencia plenaria, con las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice) al fiel que participe en actos de piedad realizados en honor de la Misericordia divina.

“O al menos rece, en presencia del Santísimo Sacramento de la Eucaristía, públicamente expuesto o conservado en el Sagrario, el Padrenuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa al Señor Jesús misericordioso (por ejemplo, ‘Jesús misericordioso, confío en ti’)”, dice el texto del decreto.

Asimismo se concede indulgencia parcial “al fiel que, al menos con corazón contrito, eleve al Señor Jesús misericordioso una de las invocaciones piadosas legítimamente aprobadas”.
También los enfermos y las personas que los asisten, los navegantes, los afectados por la guerra, las vicisitudes políticas o la inclemencia de los lugares “y todos los que por justa causa no pueden abandonar su casa o desempeñan una actividad impostergable en beneficio de la comunidad, podrán conseguir la indulgencia plenaria”.

Esto siempre y cuando, con total rechazo de cualquier pecado y con la intención de cumplir, en cuanto sea posible, las tres condiciones habituales recen “frente a una piadosa imagen de nuestro Señor Jesús misericordioso, el Padrenuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa al Señor Jesús misericordioso”.

Asimismo, si ni siquiera se pudiera hacer lo antes descrito, podrán obtener la indulgencia plenaria “los que se unan con la intención a los que realizan del modo ordinario la obra prescrita para la indulgencia y ofrecen a Dios misericordioso una oración y a la vez los sufrimientos de su enfermedad y las molestias de su vida, teniendo también ellos el propósito de cumplir, en cuanto les sea posible, las tres condiciones prescritas para lucrar la indulgencia plenaria”.

Jesucristo también prometió a Santa Faustina que cuando se rece la Coronilla de la Divina Misericordia junto a los moribundos se pondrá “entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino como el Salvador misericordioso”.
 
Por lo tanto, este próximo domingo, tenemos una cita ineludible con la Misericordia Divina.
 
 
Fiesta instituída por el Papa Juan Pablo II quien, al canonizar a Santa Faustina el 30 de Abril del 2000,  declaró el segundo domingo de Pascua (domingo posterior al de Resurrección) como el “Domingo de la Misericordia Divina”:
En su homilía, el Papa pronunció las siguientes palabras: “Así pues, es importante que acojamos íntegramente el mensaje que nos transmite la palabra de Dios en este segundo domingo de Pascua, que a partir de ahora en toda la Iglesia se designará con el nombre de "Domingo de la Divina Misericordia".
Con la institución de esta Fiesta, el Papa concluyó la tarea asignada por Nuestro Señor Jesús a Santa Faustina en Polonia, 69 años atrás, cuando en Febrero de 1931 le dijo:  “Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia”.

Tal y como Jesús lo deseaba, esta Fiesta es enaltecida con
la indulgencia plenaria“El alma que acuda a la Confesión y que reciba la Santa Comunión,  obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. Que ningún alma tema acercarse" (Diario 699).
“El milagro de la Divina Misericordia restaura a esa alma en toda su plenitud” (Diario, 1448)
La Fiesta de la Divina Misericordia ocupa el primer lugar entre todos los elementos de la devoción a la Divina Misericordia pedida por Nuestro Señor a través de Santa Faustina. La voluntad del Señor respecto al establecimiento de esta Fiesta fue manifestada desde Sus primeras revelaciones a la Santa. En total, fueron catorce las revelaciones sobre esta Fiesta.
Esta Fiesta marcó la muerte del Papa Juan Pablo II.  Nuestro Señor quiso darle gran importancia a esta Fiesta, destacándola con la partida del Papa a la vida eterna, por ser un gran promotor y difusor de la Misericordia, tanto con su enseñanza como con su vida, ya que el mismo afirmaba  que “la Misericordia es la única esperanza para el mundo”, tal y como Jesús lo manifestó. Juan Pablo II   había preparado un mensaje para que fuera leído con motivo de la oración mariana del «Regina Caeli» en ese Domingo de la Misericordia. El mensaje póstumo, fué leído tras la Misa en sufragio del Santo Padre en la plaza de San Pedro del Vaticano.

La Fiesta de la Divina Misericordia tiene como fin principal hacer llegar a los corazones de cada persona el siguiente mensaje: Dios es Misericordioso y nos ama a todos ... "y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia" (Diario, 723). En este mensaje, que Nuestro Señor nos ha hecho llegar por medio de Santa Faustina, se nos pide que tengamos plena confianza en la Misericordia de Dios, y que seamos siempre misericordiosos con el prójimo a través de nuestras palabras, acciones y oraciones... "porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil" (Diario, 742).
Con el fin de celebrar apropiadamente esta Fiesta, se recomienda rezar La Coronilla y La Novena a la Divina Misericordia (iniciando la Novena el Viernes Santo); confesarse -para lo cual es indispensable realizar primero un buen examen de conciencia-, y recibir la Santa Comunión el día de la Fiesta de la Divina Misericordia.

Toda la vida terrena del Siervo de Dios Karol Wojtyla se ha desarrollado en la entrega a la Divina Misericordia y se ha concluído en la vigília de la Fiesta de este misterio, que él mismo había instituído. Gracias a su beatificación, que llevó a cabo su sucesor  el Papa Benedicto XVI, el 1o de Mayo 2011, día de la Fiesta de la Misericordia,  resplandeció de nuevo, de modo poderoso, la bondad de Dios hacia los hombres y continuará resplandeciendo, aún más,  con la canonización de Juan Pablo II, tambien en la Fiesta de la Divina Misericordia, 
el 27 de Abril  del año 2014,  fecha elegida por el Papa Francisco.

viernes, 3 de abril de 2015

HOY, VIERNES SANTO, SE INICIA LA NOVENA A LA MISERICORDIA DIVINA








Esta no es una novena corriente, ¡es extraordinaria!  En ella están contenidas las palabras  llenas de amor y misericordia que Nuestro Señor Jesucristo dictó a Sor Faustina, pidiéndole que se iniciara el VIERNES SANTO y que cada día le llevara un grupo de almas a su corazón.

 

“Deseo que durante esos nueve días lleves a las almas a la Fuente de Mi Misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte.  Cada día traerás a Mi Corazón a un grupo diferente de almas y la sumergirás en este mar de Mi Misericordia.  Y a todas estas almas Yo las introduciré en la casa de Mi Padre.  Lo harás en esta vida y en la vida futura.  Y no rehusaré nada a ningún alma que traerás a la Fuente de Mi Misericordia.  Cada días pedirás a Mi Padre las gracias para estas almas por Mi amarga Pasión.
 


NOVENA A LA MISERICORDIA DIVINA
PRIMER DÍA
"Hoy tráeme a toda la Humanidad, especialmente a todos los pecadores y sumérgelos en la in inmensidad de mi Misericordia. De esta forma me consolarás de la amarga tristeza en que me sume la pérdida de las almas".
Misericordiosísimo Jesús, cuya inclinación natural es la de tener compasión de nosotros y perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu Bondad infinita. Acógenos en la morada de tu Corazón Misericordiosísimo y no permitas que salgamos jamás de Él. Te lo pedimos por el amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.


Padre Eterno, vuelve tu mirada misericordiosa hacia toda la Humanidad y en especial hacia los pobres pecadores, encerrándoles en el Misericordiosísimo Corazón de Jesús y, por los méritos de su dolorosa Pasión, muéstranos tu Misericordia, para que alabemos la omnipotencia de tu Misericordia, por los siglos de los siglos. Amén.
A continuación se reza el ROSARIO A LA MISERICORDIA DIVINA, una Salve y la Letanía a la Misericordia Divina.


SEGUNDO DÍA
"Hoy tráeme a las almas de los sacerdotes y religiosos y sumérgelas en mi Insondable Misericordia. Fueron ellas las que me dieron fortaleza para soportar las amarguras de mi Pasión. A través de ellas, como a través de canales, mi Misericordia fluye hacia la Humanidad".
Misericordiosísimo Jesús, de quien procede todo bien, multiplica tus gracias sobre las almas consagradas a tu servicio, para que puedan hacer obras dignas de misericordia; y que todos los que las vean, glorifiquen al Padre de Misericordia que está en el Cielo.

Padre Eterno, mira con misericordia al grupo elegido de tu Viña, las almas de los sacerdotes y religiosos, dótalas con la fortaleza de tus Bendiciones y por el amor del Corazón de tu Hijo, al cual están unidas, concédelas el poder de tu Luz, para que puedan guiar a otros por el camino de la Salvación y con una sola voz canten alabanzas a tu Misericordia, por los siglos de los siglos. Amén.

A continuación se reza el ROSARIO DE LA MISERICORDIA DIVINA, una Salve y la Letanía a la Misericordia Divina.


TERCER DÍA
"Hoy tráeme a todas las almas devotas y fieles y sumérgelas en el gran océano de mi Misericordia. Ellas me confortaron a lo largo del Vía Crucis y fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura".
Misericordiosísimo Jesús, que desde el tesoro de tu Misericordia, distribuyes tus gracias a raudales entre todos y cada uno de nosotros. Acógenos en el seno de tu muy compasivo Corazón y no permitas que salgamos nunca de Él. Te imploramos esta gracia en virtud del más excelso amor; aquel con el que tu Corazón arde por el Padre Celestial.

Padre Eterno, vuelve tus ojos misericordiosos hacia las almas fieles, que guardan el legado de Tu Hijo. Y por los méritos y dolores de su Pasión, concédeles tu bendición y tenlas siempre bajo tu tutela. Que nunca claudique su amor o pierdan el tesoro de nuestra santa Fe, sino que, con todo el ejército de Ángeles y Santos, glorifiquen tu infinita Misericordia, por los siglos de los siglos. Amén.

A continuación se reza el ROSARIO DE LA MISERICORDIA DIVINA, una Salve y la Letanía a la Misericordia Divina.


CUARTO DÍA

"Hoy tráeme a los que no creen en Mí y a los que todavía no me conocen. Pensaba en ellos durante las angustias de mi Pasión, y su futuro fervor sirvió de consuelo a mi Corazón. Sumérgelos en la inmensidad de mi Misericordia".
Misericordiosísimo Jesús, Tú que eres la Luz del género humano, recibe en la morada de tu Corazón lleno de compasión, a las almas de aquellos que todavía no creen en Ti, o que no te conocen. Que los rayos de tu Gracia las ilumine para que también, unidas a nosotros, ensalcen tu maravillosa Misericordia; y no las dejes salir de la morada de tu Corazón desbordante de piedad.

Padre Eterno, vuelve tu piadosa mirada hacia las almas de aquellos que no creen en tu Hijo, y hacia las de aquellos que todavía no te conocen, pero que están presentes en el muy compasivo Corazón de Jesús. Aproxímalas a la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédelas que también ellas ensalcen la generosidad de tu Misericordia, por los siglos de los siglos. Amén.

A continuación se reza el ROSARIO DE LA MISERICORDIA DIVINA, una Salve y la Letanía a la Misericordia Divina.


QUINTO DÍA
"Hoy tráeme a las almas de nuestros hermanos separados y sumérgelas en la Inmensidad de mi Misericordia. Ellas, durante las angustias de mi Pasión, desgarraron mi Cuerpo y mi Corazón, es decir, mi Iglesia. A medida que se reincorporan a ella, mis heridas cicatrizan, y de esta forma sirven de bálsamo a mi Pasión".
Misericordiosísimo Jesús, que eres la Bondad misma, no niegues la Luz a aquellos que te buscan. Recibe en el seno de tu Corazón, desbordante de piedad, a las almas de nuestros hermanos separados. Encamínalas, con la ayuda de tu Luz, hacia la unidad de la Iglesia, y no las dejes marchar de la morada de tu muy compasivo Corazón, que es todo amor; haz que también ellas lleguen a glorificar la generosidad de tu Misericordia.

Padre Eterno, vuelve tu mirada misericordiosa hacia las almas de nuestros hermanos separados, especialmente hacia las almas de aquellos que han malgastado tus bendiciones y abusado de tus gracias manteniéndose obstinadamente en el error. También ellas están acogidas en el Corazón misericordioso de Jesús; no mires sus errores sino el Amor de tu Hijo y los dolores que para su provecho sufrió y aceptó por ellas durante su Pasión y haz que también ellas glorifiquen tu gran Misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

A continuación se reza el ROSARIO DE LA MISERICORDIA DIVINA, una Salve y la Letanía a la Misericordia Divina.

SEXTO DÍA
"Hoy tráeme a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños y sumérgelas en mi Misericordia. Estas almas son las más parecidas a mi Corazón. Ellas me proporcionaron fortaleza durante mi amarga Agonía, ya que las veía como ángeles terrenales, velando junto a mis Altares. Derramo sobre ellas un torrente de gracias porque sólo el alma humilde es capaz de recibir mi Gracia. Es a las almas humildes a las que concedo mi Confianza".
Misericordiosísimo Jesús, que dijiste: "Aprended de Mí, que soy manso y humilde de Corazón". Acoge en el seno de tu Corazón desbordante de piedad, a todas las almas mansas y humildes, y a las de los niños pequeños. Estas almas son la delicia de las regiones celestiales y las preferidas del Padre Eterno, que muy particularmente se recrea en ellas. Son como un ramillete de florecillas que despiden su perfume ante el trono de Dios y el mismo Dios se embriaga con su fragancia. Ellas encuentran abrigo perenne en tu Piadosísimo Corazón, oh, Jesús, y entonan incesantemente himnos de amor y de gloria.

Padre Eterno, vuelve tu mirada llena de Misericordia hacia las almas mansas, hacia las almas humildes y hacia las almas de los niños pequeños acurrucadas en el seno del Corazón de Jesús rebosante de piedad. Estas almas son las que se asemejan más a tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra hasta alcanzar tu Trono, Señor y Padre de Misericordia y Bondad suprema. Te suplico, bendigas a toda la Humanidad, por el amor que te inspiran estas almas y el gozo que te proporcionan, para lograr que todas las almas entonen a la vez, las alabanzas que se merece tu Misericordia, por los siglos de los siglos. Amén.



A continuación se reza el ROSARIO DE LA MISERICORDIA DIVINA, una Salve y la Letanía a la Misericordia Divina.

SÉPTIMO DÍA
"Hoy tráeme a las almas que especialmente veneran y glorifican mi Misericordia y sumérgelas en mi Misericordia". Estas almas compartieron los sufrimientos de mi Pasión y penetraron en mi Espíritu más profundamente que ninguna otra. Son vivo reflejo de mi compasivo Corazón y brillarán con esplendor especial en la vida futura. Ninguna de ellas sufrirá el tormento del fuego del infierno, porque las defenderé con particular empeño a la hora de la muerte".
Misericordiosísimo Jesús, cuyo Corazón es el Amor mismo, acoge en el seno de tu Piadosísimo Corazón a las almas de aquellos que de una manera especial alaban y honran la grandeza de tu Misericordia. Dótalas con el poder de Dios y en medio de las dificultades y aflicciones, haz que sigan adelante, confiadas en tu Misericordia; y unidas a Ti, oh, Jesús, carguen sobre sus hombros el peso de toda la Humanidad; y por ello no serán juzgadas con severidad, sino que tu Misericordia las protegerá especialmente cuando llegue la hora de la muerte.

Padre Eterno, vuelve tu mirada hacia las almas que alaban y honran tu supremo atributo, la Misericordia infinita, y que están protegidas dentro del muy compasivo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están rebosantes de obras de misericordia, y sus corazones, desbordantes de alegría, entonan cánticos de alabanza a Ti, Altísimo Señor, exaltando tu Misericordia. Te lo suplico, Señor: Muéstrales tu Misericordia, de acuerdo con la esperanza y confianza que en Ti depositan. Que se cumpla en ellas la promesa hecha por Jesús: "A las almas que veneren mi infinita Misericordia, las protegeré durante toda su vida, como a mi propia Gloria, y muy especialmente en la hora de la muerte". Amén.



A continuación se reza el ROSARIO DE LA MISERICORDIA DIVINA, una Salve y la Letanía a la Misericordia Divina.

OCTAVO DÍA
"Hoy tráeme a las almas que están detenidas en el Purgatorio y sumérgelas en las profundidades de mi Misericordia. Que mi Sangre, cayendo a chorros, apacigüe las llamas en que se abrasan. Todas estas almas me son muy queridas. Ellas cumplen el castigo que se debe a mi Justicia. En tu poder está socorrerlos. Saca todas las Indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas por ellas. ¡Ohl, si supieras qué tormentos padecen, ofrecerías continuamente por ellas el óbolo de tus oraciones y así saldarías las deudas que ellas tienen con mi Justicia".
Misericordiosísimo Jesús, que exclamaste: ¡misericordia!, introduzco ahora en el seno de tu Corazón, desbordante de Misericordia, las almas del Purgatorio, almas que tanto aprecias pero que, no obstante, han de pagar su culpa. Que el manantial de Sangre y Agua que brotó de tu Corazón, apague las llamas purificadoras, para que, también allí, el poder de tu Misericordia sea glorificado.

Padre Eterno, mira con ojos misericordiosos a estas almas que padecen en el Purgatorio y que Jesús acoge en su Corazón desbordante de compasión. Te suplico, por la dolorosa Pasión que sufrió tu Hijo, y por toda la amargura que anegó su Sacratísima Alma, que te muestres misericordioso con las almas que se hallan bajo tu mirada justiciera. No las mires de otro modo, sino sólo a través de las Llagas de Jesús, tu Hijo bien amado; porque creemos firmemente que tu Bondad y Compasión son infinitas. Amén.



A continuación se reza el ROSARIO DE LA MISERICORDIA DIVINA, una salve y la Letanía a la Misericordia Divina

NOVENO DÍA
"Hoy tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de mi Misericordia.
Estas almas, son las que más dolorosamente hieren mi Corazón. Por su tibieza e indiferencia mi Alma sintió una inmensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. Ellas fueron las que me hicieron gritar: "Padre, si es posible, aparta de Mí este cáliz". Para ellas, la última esperanza de salvación será el recurrir a mi Misericordia"
.

Piadosísimo Jesús, a Ti que eres la Piedad misma, hoy te traigo al seno de tu compasivo Corazón a las almas enfermas de tibieza.

Que estas almas heladas, que se parecen a cadáveres y que te llenan de repugnancia, se calienten con el fuego de tu puro Amor ¡oh, Jesús!, todo compasión, ejerce la omnipotencia de tu Misericordia, y atráelas a Ti, que eres llama de Amor puro y comunícalas el fuego de tu divino Amor, porque Tú todo lo puedes.

Padre Eterno, mira con ojos misericordiosos a las almas tibias que, a pesar de todo, Jesús cobija en el seno de su Corazón todo Misericordia. Padre de Misericordia, te ruego, por los sufrimientos que padeció tu Hijo, y por sus tres largas horas de Agonía en la Cruz: que ellas también glorifiquen el mar sin fondo de tu Misericordia. Amén.

A continuación se reza el Rosario de la Misericordia Divina, una Salve y la Letanía a la Misericordia Divina.








ROSARIO A LA MISERICORDIA DIVINA (Modo de rezarlo con un rosario normal)




1º- PADRE NUESTRO- AVE MARÍA- CREDO.
2º- CINCO MISTERIOS (Cada misterio tiene una una cuenta grande y diez pequeñas)
3º- CUENTA GRANDE: “Padre Eterno, yo te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”
4º- CUENTAS PEQUEÑÑAS: “Por su Dolorosa Pasión, te Misericordia de nosotros y del mundo entero”.
5º- AL FINAL DEL QUINTO Y ÚLTIMO MISTERIO SE REZA: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal. Ten Misericordia de nosotros y del mundo entero (TRES VECES)


LETANÍA A LA MISERICORDIA DIVINA

Misericordia Divina, que brotas del seno del Padre. Yo confío en Ti.
Misericordia Divina, supremo atributo de Dios. Yo confío en Ti.
Misericordia Divina, misterio incomprensible. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, insondable para todo entendimiento humano o angélico. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, de donde brota toda Vida y Felicidad. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, más sublime que los Cielos. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, manantial de milagros y maravillas. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, que abarcas todo el universo. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, que bajaste al mundo en la Persona del Verbo Encarnado. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, que manaste de la herida abierta en el Corazón de Jesús. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, encerrada en el Corazón de Jesús, por nosotros y especialmente por los más pecadores. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, insondable en la Institución de la Sagrada Eucaristía. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, que fundaste la Santa Iglesia. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, presente en el Sacramento del Santo Bautismo. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, que nos justificas por los méritos de Jesucristo. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, que nos acompañas a lo largo de toda la vida. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, que nos abrazas especialmente en la hora de la muerte. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, que nos otorgas la vida inmortal. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, que nos acompañas en cada momento de nuestra vida. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, que nos proteges del fuego del Infierno. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, por quien se convierten los pecadores empedernidos. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, asombro para los ángeles e incomprensible para los santos. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, insondable en todos los misterios de Dios. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, que nos rescatas de toda miseria. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, fuente de nuestra felicidad y gozo. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, que de la nada nos diste la existencia. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, que abarcas todas las obras de tus manos. Yo confío en TI
Misericordia Divina, que presides toda la obra de Dios. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, en la que todos estamos inmersos. Yo confío en Ti.
Misericordia Divina, dulce consuelo de los corazones angustiados. Yo confío en TI,
Misericordia Divina, esperanza única de las almas desesperadas. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, remanso de corazones y paz ante el temor. Yo confío en Ti.
Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas. Yo confío en TI.
Misericordia Divina, que infundes confianza cuando perdemos la esperanza. Yo confío en TI.

ORACIÓN

¡Oh!, eterno Dios, en quien la Misericordia es infinita y el manantial de compasión es inagotable, vuelve a nosotros tu mirada bondadosa y aumenta en nosotros tu Misericordia, para que en los momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que con absoluta confianza, nos sometamos a tu Santa Voluntad que es todo Amor y Misericordia. ¡Oh!, incomprensible e impenetrable Misericordia de Dios ¿quién puede glorificarte y adorarte dignamente? Oh, Supremo atributo de Dios todopoderoso, Tú eres la dulce esperanza del pecador. Amén.