lunes, 29 de septiembre de 2014

DEL DIARIO DE SANTA FAUSTINA


“Amarte es una tarea de nuestra existencia, cantando nuestro himno eterno: Santo…
Bendito Seas, oh Dios misericordioso, Amor eterno, Tú estás por encima de los cielos, zafiros y firmamentos, la pura legión de espíritus Te alaba así, con su himno eterno, tres veces Santo. Contemplándote cara a cara, oh Dios, veo que antes de ellos habrías podido llamar a otras criaturas, por eso me postro ante Ti con gran humildad, porque veo bien que esta gracia se debe únicamente a la misericordia. Uno de los espíritus más bellos no quiso reconocer Tu misericordia, arrastró consigo a otros, cegado por su soberbia y, de un ángel tan bello se volvió demonio y en un momento, de lo alto del cielo, fue precipitado al infierno. De repente los espíritus exclaman: ¡Gloria a la misericordia de Dios! Y resistieron felizmente la prueba de fuego. Gloria a Jesús, a Cristo humillado, gloria a la Madre, a la Virgen humilde y pura. Después de aquella lucha, estos espíritus puros se sumergieron en el océano de la Divinidad, meditando, adoran el abismo de Su misericordia. Se sumergen en Su belleza y en Su resplandor, conociendo la Trinidad de las Personas, pero la unidad de la Divinidad”.D.1742.

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