Santa Faustina nació en el seno de una familia campesina en la
aldea de Glogowiec, en Swinice Varckie, voivodato de Łódź, Polonia; era
la tercera entre ocho hermanos, que fueron formados con gran disciplina
espiritual, sobre todo por su padre. Faustina apenas contó con un año y
medio de estudios escolares.
A los 9 años tomó la Primera Comunión en la iglesia de San Casimiro. Antes de entrar en el convento trabajó en 1919
como sirvienta en casa de unos amigos de la familia Bryszewski en
Aleksandrów Lódzki, luego en 1922 viajó a Lodz y durante un año trabajó
en la tienda de Marejanna Sadowska. Al finalizar este trabajo marchó a
Varsovia con la intención de entrar en el convento pero la superiora le
encomendó reunir una pequeña dote para su ajuar, lo que la llevó
entonces a trabajar como sirvienta o doméstica por un año, hasta 1925.
Ella misma cuenta que al ir a una fiesta con su hermana Josefina tuvo
una experiencia que marcó su vida. Estando bailando pudo ver a Jesús
parado junto a ella, lleno de llagas dejándole este mensaje:
Helena, hija Mía, ¿cuándo cesarás de ignorarme y cuánto más estarás alejada de Mi lado?
Este suceso la hizo salir de la fiesta para dirigirse a la catedral de
San Estanislao de Kostka; al llegar pidió al Señor que le dijera qué
era lo que debía de hacer. Luego de oración profunda y de pedir perdón
cuenta que escuchó estas palabras:
Ve inmediatamente a Varsovia; allí entrarás en un convento.
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