Durante
el retiro de octubre de 1936, Jesús le dio a Santa Faustina
indicaciones explícitas sobre lo que constituye la verdadera devoción de
la Divina Misericordia:
Hija mía si es que Yo reclamo a la
gente, a través tuyo la devoción de Mi Misericordia, debes ser tú la
primera en distinguirte en esta confianza en Mi Misericordia. Yo exijo
de ti actos de misericordia, que deben realizarse por amor a
Mí. Tú debes mostrar misericordia a tu prójimo siempre y en todas
partes. No debes acobardarte ante esto o tratar de excusarte o de
dispensarte de esto. Te estoy dando tres medios de ejercitar
misericordia con tu prójimo: el primero por obra, el segundo de palabra,
y el tercero por la oración. En estos tres grados está contenida la
totalidad de la misericordia y es una prueba de tu amor por Mí. Por
estos medios una alma glorifica y da tributo a Mi Misericordia. Si bien,
el Primer Domingo de Pascua, es la Fiesta de la Misericordia, también
deben haber otro actos de misericordia, y pido la adoración a Mi
Misericordia en la Celebración Solemne de esta festividad y la
veneración de esta imagen por medio de la cual yo concederé muchas
gracias a las almas. Todo esto como un recordatorio de la urgencia de Mi
misericordia, porque aún la fe más fuerte, sin obras no tienen
valor".(742)
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