martes, 4 de noviembre de 2014

¡El más allá!




Cuando llega este tiempo de noviembre, tan otoñal, en el que los amaneceres son más  tardíos, los días más cortos, a muchos les invade una cierta tristeza… Se acuerdan de los que ya no están con nosotros porque abandonaron este mundo.
A este mes de noviembre se le llama también “el mes de los difuntos”.
A veces, resultan inevitables los recuerdos. El otoño es evocador, nostálgico…
Están también aquellos que, al pensar en la muerte, pierden la paz; se atemorizan, se desasosiegan, se angustian…
Algunas veces las noches insomnes se hacen largas, dando vueltas y vueltas a estas incertidumbres.  Puede ser que incluso el panorama se presente sombrío, oscuro, al no hallar respuestas.
Esa es una pregunta propia del ser humano: ¿Qué hay detrás de la muerte? ¿Hay más allá? ¿Cómo será esa vida que la fe nos promete con tanta vehemencia, asegurándonos que supera a ésta? ¿Qué es eso de la Resurrección…?
También a Jesús, en aquel tiempo le hicieron esas preguntas. El respondía sereno, con la certeza del que tiene fe, del que ve más allá:
“Los que mueren son como ángeles, son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección: Y que los muertos resucitan lo ha indicado  también Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. No es un Dios de muertos el nuestro, sino de vivos, porque para él todos viven”.

Jesús Sánchez Adalid, Pbro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario