Recordando la celebración de Todos los Santos, el
Papa Francisco destacó el vínculo que une estas dos solemnidades, unidas
entre ellas como “la alegría y las lágrimas encuentran en Jesucristo
una síntesis que es fundamento de nuestra fe y de nuestra esperanza.
¿Qué nos dice Jesús acerca de la muerte?
Jesús mismo nos ha revelado que la muerte del cuerpo es como un sueño
del cual Él nos despierta, y con esta fe nos detenemos también
espiritualmente ante las tumbas de nuestros seres queridos.
Acordarnos de los que nadie se acuerda
Pero hoy estamos llamados a recordar a todos, también aquellos que
nadie recuerda: las víctimas de las guerras y de las violencias, tantos
pequeños del mundo aplastados por el hambre y por la miseria. Los
hermanos y hermanas asesinados por ser cristianos y cuantos han
sacrificado su vida por servir a los demás.
Invitando a confiar al Señor a quienes nos han dejado en el curso de
este último año, el Papa Francisco recordó la tradición de la Iglesia
que exhorta a rezar por los difuntos ofreciendo, en particular, la
Celebración Eucarística. Y destacó que el fundamento de la oración del
sufragio se encuentra en la comunión del Cuerpo Místico.
El recuerdo de los difuntos, el cuidado de los sepulcros y los
sufragios son testimonio de una confiada esperanza, radicada en la
certeza que la muerte no es la última palabra sobre el destino humano,
porque el hombre no está destinado a una vida sin límites, que tiene su
raíz y su cumplimiento en Dios.
Finalmente, la invitación a dirigirnos con esta fe en el destino
supremo del hombre a la Virgen, para que ella, Puerta del cielo, nos
ayude a comprender siempre más el valor de la oración de sufragio por
los difuntos y a no perder jamás de vista la meta última de la vida que
es el Paraíso.
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