“Me
queman las llamas de la Misericordia, deseo derramarlas sobre las
almas, y las almas no quieren creer en mi bondad. Oh, qué dolor me dan
cuando no quieren aceptarlas (...) Dile a la humanidad doliente que se
abrace a mi Corazón misericordioso y Yo la llenaré de paz”. “La
humanidad no encontrará la paz hasta que no se dirija con confianza a mi
Misericordia”.
"De todas Mis
llagas, como de arroyos, fluye la misericordia para las almas, pero la
herida de Mi Corazón es la Fuente de la Misericordia sin límites, de
esta fuente brotan todas las gracias para las almas".
“El alma
que confíe en mi Misericordia no perecerá, ya que todos sus asuntos son
míos. El alma más feliz es la que confía en mi Misericordia, pues Yo
mismo la cuido”.
"Proclama que ningún alma que ha invocado Mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión".
"Hija Mía, escribe que cuanto más grande es la miseria de un alma tanto
más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia e invita a todas
las almas a confiar en el inconcebible abismo de Mi misericordia, porque
deseo salvarlas a todas. En la cruz, la Fuente de Mi Misericordia fue
abierta de par en par por la lanza para todas las almas, no he excluido a
ninguna".
"Que los más grandes pecadores pongan su confianza
en Mi misericordia. Ellos más que nadie tienen derecho a confiar en el
abismo de Mi misericordia. Hija Mía, escribe sobre Mi misericordia para
las almas afligidas. Me deleitan las almas que recurren a Mi
misericordia. A estas almas les concedo gracias por encima de lo que
piden. No puedo castigar aún al pecador más grande si él suplica Mi
compasión, sino que lo justifico en Mi insondable e impenetrable
misericordia. Escribe: Antes de venir como juez justo abro de par en par
la puerta de Mi misericordia. Quien no quiere pasar por la puerta de Mi
misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia..."
“Yo soy el Amor y la Misericordia. Quien se acerque a Mí con confianza
recibe mi gracia con tal sobreabundancia, que no la puede contener y la
irradia sobre los otros”.
“Ningún pecado, aunque sea un abismo de corrupción agotará mi Misericordia".
"Escribe de Mi Misericordia. Di a las almas que es en el tribunal de la
misericordia donde han de buscar consuelo; allí tienen lugar los
milagros más grandes y se repiten incesantemente. Para obtener este
milagro no hay que hacer una peregrinación lejana ni celebrar algunos
ritos exteriores, sino que basta acercarse con fe a los pies de Mi
representante y confesarle con fe su miseria y el milagro de la
Misericordia de Dios se manifestará en toda su plenitud. Aunque un alma
fuera como un cadáver descomponiéndose de tal manera que desde el punto
de vista humano no existiera esperanza alguna de restauración y todo
estuviese ya perdido. No es así para Dios. El milagro de la Divina
Misericordia restaura a esa alma en toda su plenitud. Oh infelices que
no disfrutan de este milagro de la Divina Misericordia; lo pedirán en
vano cuando sea demasiado tarde".
“Por los pecadores bajé a la tierra y derramé toda mi Sangre”.
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