...Conozco
tu manera de obrar, tu fatiga y tu aguante; sé que no puedes soportar a
los malvados, que pusiste a prueba a los que se llamaban apóstoles sin
serlo y descubriste que eran unos embusteros. Eres tenaz, has sufrido
por mí y no te has rendido a la fatiga; pero tengo en contra tuya que
has abandonado el amor primero. Recuerda de dónde has caído, conviértete
y vuelve a proceder como antes... (1Jn)
(Manuel Fernández Rico)
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